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domingo, 29 de julio de 2018

¿A quién iremos, Señor? Sólo tú tienes palabras de vida eterna (José Martí) [3 de 4]

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Es una nota esencial de la verdadera Iglesia la fidelidad al depósito recibido¿Por qué queremos inventar una nueva doctrina diferente a la que ya hay y -además- seguir llamándola Iglesia Católica? Esto es algo diabólico. Si  llegara a producirse, porque Dios lo permitiera, podemos tener la absoluta seguridad de "tal iglesia" no sería la Verdadera Iglesia, ni la Palabra de Dios que escuchásemos sería la auténtica.

De hecho -y como un precedente- según la Carta Apostólica en forma de Motu Proprio “Magnum Principium son ya las distinta Conferencias Episcopales, desde el 1 de octubre de 2017, las que se hacen cargo de las traducciones a las lenguas vernáculas. Esto dará lugar, con total seguridad, a graves problemas de índole teológico y a la desunión de los católicos, en contra del deseo de Jesús: "Que sean uno como nosotros somos uno: Yo en ellos y Tú en Mí, para que sean consumados en la unidad" (Jn 17, 22-23). Si esto ya estaba ocurriendo de hecho, pues hay muchas traducciones de la Biblia, en la actualidad, que no son fieles al original de la Vulgata ... ahora el problema se agravará, con este Motu Proprio que deja manga ancha a esas traducciones. Y la unidad de los católicos, que ya es muy pobre, se irá diluyendo paulatinamente. ¿Por qué? Pues, más que nada, porque en esas traducciones se dará una ambigüedad tal que dará lugar a que se pongan en duda todas o gran parte de las verdades de fe, siendo así que el Contenido de las Sagradas Escrituras ha de ser respetado íntegramente, sin añadir ni quitar nada ... y esto independientemente de los tiempos o lugares en los que se predique el Evangelio.

Se habla mucho de que "la doctrina no se toca", pero los hechos cantan una canción diferente. Hoy se hace mucho hincapié, desde la Jerarquía, en justificar todas las medidas que se están tomando, diciendo que sólo tienen como objetivo la llamada "pastoral", es decir, que de lo que se trata es de conseguir, de un modo más eficaz, que el Evangelio se comprenda mejor y pueda llegar así a todo el mundo. Esta idea, en sí misma -y sin otras consideraciones- es buena ... pero se requiere, para que se produzcan buenos frutos, que vaya siempre por delante -sin ningún tipo de alteración sustancial- la fidelidad a la doctrina de siempre, a la Doctrina multicelular de la Iglesia.

En otras palabras: pueden haber distintos enfoques con respecto a la Evangelización,  pero siempre desde la fidelidad a la Doctrinasólo así se podrá hablar de una buena pastoral; sólo así la gente a quienes les llegue el Mensaje de Jesús estarán realmente unidas en Él, pues todos sabrán a qué atenerse en lo que se refiere al conocimiento de Cristo. Si no hay tal fidelidad, entonces habrá muchos que pensarán que son cristianos  (católicos) cuando en realidad el "dios" que se les predica tiene muy poco que ver con el auténtico Dios, revelado en Jesucristo, quien es verdadero Dios y verdadero hombre. Éste es -a mi entender- el gran problema que tiene hoy en día la Iglesia: la falta de fidelidad a la Doctrina de siempre. Se ha perdido la fe en Jesucristo, el Único en quien es posible la salvación . 

Decir, por ejemplo, como dijo el papa Francisco: 
«los que son cristianos, con la Biblia, y los que son musulmanes, con el Corán», porque «uno solo es DIos: el mismo» ... es un grave error doctrinal, que no se atiene a verdad, desde el momento en que Dios se ha revelado en Jesucristo. Si se cree en Jesucristo, debemos creer en sus palabras, que son éstas: "Quien no está conmigo, está contra Mí" (Mt 12, 30). "Todo el que niega al Hijo tampoco posee al Padre" (1 Jn 2, 23). "Yo soy la Verdad" (Jn 14,6), etc ... Las palabras de Jesús son clarísimas. Y lo que quieren decir es lo que dicen. No admiten ninguna otra interpretación que lo que se dice en ellas, tal y como se dice. 


¿A quién hacemos caso, entonces? ¿A lo que dice Jesús y el Magisterio perenne de la Iglesia, el que guarda fielmente el Depósito recibido ...  o a lo que dicen los demás, no importa la categoría eclesial que ostenten? Esa decisión debemos de tomarla ante Dios, porque lo que está en juego es nada más y nada menos que nuestra salvación o nuestra condenación eterna. Y esto no es ningún invento mío, sino que es Doctrina perenne de la Iglesia, que no puede ser modificada ni cambiada por nadie, ni siquiera por ningún Papa, por muy Papa que sea.

La primera regla a seguir (y yo diría que la única, al menos en el momento actual) para que se pueda hablar de una pastoral auténtica y eficaz es la de predicar la Verdadera Doctrina Católica, de modo íntegro ... sin añadidos ni interpretaciones modernistas, tan al uso, que sólo sirven para apartar a la gente de Dios.  El modernismo que, como caballo de Troya, se ha infiltrado en la Iglesia desde hace, al menos, cincuenta años, ha producido sus "frutos venenosos" y está consiguiendo el fin masónico del Nuevo Orden Mundial, en el que el verdadero Dios no cuenta para nada; es más, no existe. Sólo cuenta el hombre.  No hay otra religión posible si no es la "democracia": eso sí, entendida ésta en un sólo sentido, que no es el de la mayoría real verdadera, sino aquel que decidan desde el Poder, un Poder que está bajo el Maligno, que es quien -prácticamente- domina hoy el mundo. Hay infinidad de personas que todavía siguen pensando en esa gran mentira llamada "democracia", por la que sienten "veneración", sin saber exactamente lo que significa. Decirle a alguien que no es demócrata es el mayor "pecado", si es que tiene sentido hoy hablar de pecado.

Lo cierto y verdad es que la gente no conoce al Señor y, por eso mismo, es desgraciada.  Como venimos diciendo, hay infinidad de "pastores" en todo el mundo (y cuyo número va en aumento) que "enseñan" a la gente "verdades" que no son tales y que no reflejan fielmente -e incluso traicionan- la Palabra de Dios. Son falsos pastores, lobos disfrazados con piel de oveja. Serán juzgados por Dios, como lo seremos todos, aunque su responsabilidad es mucho mayor, pues es mayor el daño que hacen a la Iglesia, minándola desde dentro. 

Por eso, si hubiera que encontrar una respuesta para explicar la situación en la que se encuentra hoy la Iglesia, tal vez (y sin tal vez) habría que acudir al hecho de que muchos de los que tienen que transmitir la fe al pueblo cristiano, ellos mismos la han perdido. Y no se puede enseñar aquello que no se sabe, o mejor -en este caso- aquello que no se vive.  

Estoy hablando en términos generales, porque me consta de que, gracias a Dios, aún quedan pastores fieles al Evangelio y a la Tradición de la Iglesia; así como también fieles católicos que los siguen, porque escuchan -y ven- en ellos al mismo Jesús, al buen Pastor.  Una gran pena que este número de fieles vaya siendo cada vez menor ... aunque Dios proveerá, sin duda alguna.


José Martí (continuará)