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lunes, 5 de septiembre de 2016

Teresa de Calcuta no creía en Dios. Lo ha dicho RTVE (Eulogio López)



Ninguna exageración. Palabras textuales de RTVE, la tele que controla don Mariano Rajoy, líder de la derecha española en la crónica sobre la canonización de Teresa Calcuta (en la imagen). Ojo al dato: “La fe en Dios tampoco fue uno de sus puntos fuertes, a tenor de las cartas que escribió”.

Se refiere a unas confesiones de Teresa de Calcuta sobre ‘la noche oscura del alma’ que han sufrido todos los místicos, que sepamos. De lo demás no tenemos datos.

Es decir, que Teresa de Calcuta era una estafa viviente, un fraude que no creía en Dios y que dedicó su vida a los pobres y miserables porque no tenía otra cosa que hacer.

Y todo esto supone la idea del Nuevo Orden Mundial (NOM) que ya no persigue aniquilar a la Iglesia sino conquistarla y transformarla. De entrada, convertirla en una ONG.

Sí, es cierto, en Tele 5, que sigue el plan comecuras clásico, hablaban de las “sombras” de Teresa de Calcuta. Y cita un ejemplo clarísimo: se oponía al aborto. ¡Si sería facha la de Calcuta!

Pero a mí me parece mucho más preocupante lo de RTVE que lo de Tele 5: me preocupan más los manipuladores que los aniquiladores. Éstos producen mártires, siempre semilla de cristianos, aquéllos, los de la calumnia, confunden, y la confusión es el terreno de Satán.

Eulogio López
eulogio@hispanidad.com

Teresa de Calcuta, antítesis de las ONG (Eulogio López)



El domingo 4 de septiembre de 2016 han canonizado a Teresa de Calcuta, la monja albanesa que supone un insulto para el Nuevo Orden Mundial (NOM) y su pensamiento único, vulgarmente conocido como lo políticamente correcto.

Porque claro, el problema es que esta enana procedente de Albania y ejerciente en La India, era tan solidaria como ortodoxa. Se oculta su amistad con Juan Pablo II -el ultra polaco- o se oculta que fue una de las grandes defensoras del polémico padre Pío o de las apariciones marianas de Garabandal.

Rodeada de moribundos, llagas, pústulas y miseria, pero a Cristo Eucaristía que no le faltara de nada.

Volcada con los más miserables pero defensora acérrima del derecho a la vida y fustigadora del aborto. Especializada en atender a los contagiados al mismo tiempo que expulsaba a un cura progre que acudió a la casa central a darles una prédica y empezó a decir tonterías. Le expulsó sin contemplaciones y no volvió a entrar. Vamos, la antítesis de una ONG.

Y encima aquella asquerosa receta suya: cuatro horas diarias de oración, ocho de trabajo arrastrado. Como dijo aquella visitante en una de sus actividades en la India. “Esto no lo hago yo ni por un millón de dólares”. A lo que la madre Teresa respondió: “Yo tampoco, por un millón de dólares tampoco lo haría”.

Es decir, que la madre Teresa lo hacía por Cristo. Quería más a Cristo que a los desfavorecidos. Es lo que distingue a los caritativos de los meros solidarios, los onegeros.

¡Maldita monja, quien le mandaba romper unos prejuicios tan bien asentados! ¿Acaso no sabe que el prejuicio proporciona estabilidad?

Eulogio López
eulogio@hispanidad.com