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viernes, 18 de septiembre de 2015

MEDJUGORJE y el SÍNODO (Eulogio López)


En este artículo, Eulogio López, el director de Hispanidad, señala algunas razones por las que se está dilatando en el Vaticano la aceptación del carácter sobrenatural de las apariciones de la Virgen en Medjugorge

Comienza haciendo una serie de consideraciones; y luego se explaya comentándolas. Éstas son las consideraciones:

- Rumores entre los vaticanólogos sobre una decisión inminente… en contra de que minusvalorará las apariciones.

- Lo que denigraría a los millones de católicos que consideran las apariciones marianas en Bosnia como parte de sus vidas.

- ¿Es posible negar los prodigios de Medjugorje?

- ¿Y el hecho, mucho más relevante, de que se haya convertido en la capital mundial de la conversión y la confesión?

Y éste es el artículo:


Si lo que aparece en este blog es cierto es como para echarse a temblar. Como dice la canción, estaríamos “tocando fondo”, pero me temo que la información tiene lógica. Lo cual no significa que sea cierta (hay muchos argumentos tan lógicos como falsos) pero…

Hispanidad publicó en su día que la Iglesia había aprobado las apariciones de la Virgen María en Medjugorje. ¿Por qué lo hicimos? Pues porque teníamos información de la Comisión vaticana que analizaba el asunto y, como muchos otros periodistas, sabíamos que la Comisión presidida por el cardenal Camillo Ruini concluía en la línea de lo que piensan todos los que han visitado la aldea de Bosnia-Herzegovina así como otros muchos que no la han visitado: que por sus frutos los conoceréis y que Medjugorje se ha convertido en la capital mundial de la confesión y la conversión. Con dos excepciones: una de ellas la del Prefecto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe.

Y otra cosa más: que los prodigios -no se me ocurre otro nombre- que ocurren y se ven en Medjugorje no son ni pueden ser un truco.

Por si fuera poco, varios de los miembros de la susodicha Comisión Ruini concedieron entrevistas en las que sólo les bastaba gritar ¡Viva Medjugorje! ... No es para menos. Como me decía un sacerdote veteranísimo, que se pasaba un mes de verano en Herzegovina:  Confieso diez horas diarias y lo que he visto allí no lo he visto en ningún sitio.

Vamos, con el relato de la cuestión “Medjugorje sí, Medjugorje no”, Benedicto XVI creó en 2010 la precitada Comisión para analizar el fraude o la sobrenaturalidad de las apariciones marianas de Medjugorje, que se iniciaron en 1981. La creación de esa Comisión vaticana sólo puede entenderse como una desautorización en toda regla de los obispos de Mostar, siempre en contra de Medjugorje, como los de Santander se empecinaron en contra de Garabandal. Recuerden que, cuando de hechos sobrenaturales hablamos, es el ordinario del lugar el que tiene la primera palabra. Ocurre que, como San Juan Pablo II y Benedicto XVI sí creían en la sobrenaturalidad de Medjugorje, y como los videntes fueron fieles, la pequeña localidad de Herzegovina se convirtió en la capital mundial del cambio, de la verdadera Reforma en la Iglesia. Y entonces Benedicto XVI decidió formar la Comisión, harto de la oposición del Obispado de Mostar.

Total: la Comisión termina sus trabajos -hace dos años- y se lo reenvía al Papa Francisco, previo paso por la Sagrada Congregación para la Doctrina de la fe, dirigida por la casi única oposición, dentro de la Comisión, del cardenal Gerhard Ludwig Müller.

Es ahí cuando Hispanidad publica lo que publica. Pero tan sólo 24 horas después, sucede algo curioso. Atención, que el camino es largo: uno de los videntes, Iván Dragicevic, viaja, una vez más, a Estados Unidos, para dirigirse a los fieles. Pues bien: el nuncio de su Santidad en Estados Unidos prohíbe que se le acoja en parroquia alguna, le enmudece. ¿Y qué es un testigo sin un mensaje? Y, ojo, el nuncio evoca como autoridad para su tajante decisión, al prefecto Müller.

A partir de ahí, urbi et orbe, Medjugorje pasa a ser objeto de sospecha. El cardenal Madariaga, miembro del G-8 y muy próximo al Papa, no acude a la conmemoración anual centroamericana de Medjugorje, a pesar de ser un habitual, y algunas diócesis incluso prohíben viajar allá, contraviniendo así la ordenanza de Pablo VI tras Garabandal: no se necesita permiso alguno de la autoridad eclesiástica para peregrinar a un lugar de oración y apariciones, independientemente de lo que la Iglesia haya dictaminado sobre ello. En plata, que los católicos han hecho caso a Pablo VI y no a esos obispados (muy minoritarios ciertamente).

Y la guinda: el propio Papa Francisco dice, días después, lo siguiente: “Hijos míos, la Virgen es nuestra madre y nos quiere pero no es una estafeta de correos para estar emitiendo mensajes todo el día”.

Pero como resulta que negar la sobrenaturalidad de Medjugorje sería muy fuerte, habida cuenta de los millones de personas que rezan a la ‘Gospa’, y para los que Medjugorje significa mucho en sus vidas, la resolución final se está dilatando. Durante su reciente viaje a Sarajevo el Papa Francisco respondió a una pregunta sobre su decisión acerca de las apariciones con escaso entusiasmo y aludiendo a la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, que en breve remitirá el informe.

Pues eso, cuidado, porque censurar a la Virgen nunca sale gratis. En estos momentos cruciales nos puede salir muy caro.

Dicho de otra forma, estamos en vísperas de la segunda parte del Foro (perdón, Sínodo) de la Familia y en vísperas de la decisión sobre la sobrenaturalidad o estafa de Medjugorje. Es decir en vísperas de los dos aspectos donde nos lo jugamos todo: la Eucaristía y Nuestra Señora .


Eulogio López
eulogio@hispanidad.com