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jueves, 16 de julio de 2015

La Cruz "Comunista" o la Malicia y la Estupidez humanas llevadas al límite (2 de 2)





El papa Francisco no se ofendió por ese "regalo"; todo lo contrario. [lo que es altamente preocupante y raya en el escándalo, con relación a los fieles católicos que lo han visto] Respecto al padre Luis Espinal él sabía perfectamente que era comunista, como así lo afirma expresamente. Y, de hecho, a su llegada a La Paz, Francisco rindió un pequeño homenaje al jesuita: "Espinal predicó el evangelio y ese evangelio molestó. Por eso lo eliminaron"[Yo me pregunto: ¿Predicó el Evangelio de Jesucristo ... o, más bien, la interpretación marxista del Evangelio, como así parece ser? En mi opinión, tal homenaje es un grave error]. La historia del susodicho crucifijo puede verse pinchando aquí

Por cierto, durante su discurso en el aeropuerto de El Alto, Bergoglio dejó claro su respaldo a las políticas de Evo MoralesBolivia está dando pasos importantes para incluir a amplios sectores en la vida económica , social y política del país; cuenta con una Constitución que reconoce los derechos de los individuos, de las minorías, del medio ambiente, y con unas instituciones sensibles a estas realidades”.

Hay dos artículos, relacionados con este asunto de la "cruz comunista" que me parece que son dignos de ser leídos. Uno de ellos es de Denzinger-Bergoglio y el otro de José Miguel Arráiz, de Infocatólica.


Y contra el amor a los pobres, tal cosa es imposible si no hay nadie que los hermane y ese Alguien, del que apenas se habla, es Jesucristo. En Él somos hijos del mismo Padre, somos hermanos y debemos amarnos como Él nos amó ... pero sólo en Él. El marxista es incapaz de amar, porque odia a Dios, que es Amor. De manera que en el artículo al que se puede acceder pinchando aquí; y que está relacionado también con el Papa Francisco y con Evo Morales, no tiene ningún sentido que Francisco diga [y estamos en un contexto muy especial] que el amor por los pobres no es comunismo, sino que «está en el centro del Evangelio»

Yo echo en falta que nuestro querido Papa hable más de Jesucristo y menos del mundo. Mucha corrupción había en tiempos de Jesús, pero cuando uno de la muchedumbre le dijo: "Maestro, di a mi hermano que reparta la herencia conmigo", ésta fue la respuesta que obtuvo de nuestro Señor: "Hombre, ¿quién me ha hecho juez y repartidor entre vosotros?" (Lc 12, 13-14).

Parece como si la única misión del Papa fuese la de la justicia social, cuando no es eso lo esencial. Jesucristo no es conocido, el Evangelio no se explica, y la Religión está quedando reducida a algo puramente humano. Recordemos lo que le dijo Jesús a Pedro: "Tú, cuando te hayas convertido, confirma en la fe a tus hermanos" (Lc 22,32). Y después de preguntarle por tres veces si lo amaba; y una vez que Pedro le dijo: "Señor, Tú lo sabes todo. Tú sabes que te quiero" ... ésta fue la respuesta que recibió Pedro de Jesús, las tres veces: "Apacienta mis ovejas" (cfr Jn 21, 15-17).

Debemos orar fuerte e insistentemente para que el Señor proteja a su Iglesia, que se está mundanizando, hasta el punto de que miles y miles de católicos, incluyendo también, entre ellos, a muchos miembros de las altas Jerarquías eclesiásticas, han perdido la fe. Vienen a mi mente las palabras contenidas en la Biblia: "Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas de mi rebaño" (Mt 26, 31; Zc 13,7) porque -y esto son también palabras que Jesús nos dirige: "Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué se salará? Para nada vale ya sino para arrojarla fuera y que la pisen los hombres" (Mt 5, 13) 


¿No será eso lo que está ocurriendo? Hemos dejado de ser sal para el mundo, un mundo triste que languidece y muere ... y que nos necesita. Este mundo nuestro está necesitado de santos, que son los únicos que pueden salvarlo: aquellas personas que toquen los corazones de otras personas para que éstas se enamoren de Jesús y lo vayan conociendo y queriendo cada día más. De no ser así, no sería de extrañar, dada la apostasía general en la que se encuentra el mundo, de que el fin de los tiempos está ya a la puerta ... o bien Dios tendrá que intervenir directamente [aunque no tenemos ni la menor idea de cómo lo haría].

Lo que sí es cierto es que no debemos de perder nuestra confianza en Dios, que se nos ha revelado en Jesucristo, que es la Vida de nuestra vida y nuestro todo. "Porque ya es hora de que despertéis del sueño, pues ahora está más cerca de nosotros la salvación que cuando creímos. La noche está avanzada y el día está cerca. Abandonemos, por tanto, las obras de las tinieblas y vistámonos con las armas de la luz" (Rom 12, 11-12)


El gran "descartado", por desgracia, es Jesucristo. Él es el auténtico pobre, del cual nadie se acuerda. Y sólo en Él podemos salvarnos: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por Mí" (Jn 14, 6). Todavía estamos a tiempo. Cada día es una nueva oportunidad que Dios nos da para que nos convirtamos y cambiemos de vida. 


Y debemos de vivir siempre con ese espíritu de agradecimiento que nos debe llevar, además, al espíritu de Temor de Dios: Dios es infinitamente Misericordioso y es igualmente, infinitamente Justo. En Él Misericordia y Justicia son lo mismo, dada su Simplicidad. Pero no hará uso de su Misercordia -no podrá hacerlo- si, por soberbia, lo rechazamos y no queremos saber nada de Él. De ahí la enorme importancia de nuestra conversión a la Palabra de Dios: nuestra mente, nuestro corazón, todo nuestro ser deben estar imbuídos del Espíritu de Cristo. Si ello estamos perdidos: "Sin Mí nada podéis hacer" (Jn 15, 5)

La Cruz "Comunista" o la Malicia y la Estupidez humanas llevadas al límite (1 de 2)

Hay que mirar varias veces esta foto para convencerse de que no se trata de ningún sueño. El Santo Padre, con una sonrisa en la boca, admitiendo un regalo de Evo Morales.


UNA IMAGEN VALE MÁS QUE MIL PALABRAS
Para hacernos una idea de cómo piensa Evo Morales no tenemos más que ver y escuchar el siguiente vídeo de Youtube, de 5,09 min de duración. En particular, en el intervalo de tiempo que va desde 2:24 min a 3:02 min (unos 40 segundos aproximadamente), Evo Morales se declara a sí mismo como marxista-leninista y, además, con gran orgullo de serlo



Y lo deja muy claro, además, para que no quepa la menor duda al respecto, en el "regalo" que le hace al Santo Padre: un Cristo, en cuya base se encuentra la hoz y el martillo: Todos sabemos que cristianismo y comunismo son irreconciliables e incompatibles. Pero es que cuando el hombre se aparta de Dios, que es la Verdad, se hace -asimismo- incapaz de pensar con sana coherencia. En otras palabras, se vuelve majadero, memo, estúpido, mentecato, necio, imbécil, torpe, bobo, tontaina, borrego, iluso, zopenco, idiota e infeliz. Todo eso y mucho más. 


La iniquidad del pecado conduce a la idiocia de la razón. El hombre que elige el camino de la maldad y se aleja de Dios, por soberbia, se hace incapaz de conocer la verdad, por más que presuma de racional. Es racionalista, que no es lo mismo, un raciocinio que no proviene de su razón, sino de su libertad, la cual opta por cualquier cosa que el sujeto considere como buena para él ... ¡y eso es la verdad! ... Una verdad para uno que es mentira para otro. La libertad humana se convierte en el árbitro de lo bueno y lo malo. 

Es la dictadura del relativismo lo que hoy se vive. Como consecuencia, el ser humano se encuentra cada vez más lejos de la verdad, más lejos de Dios, más lejos del sentido de su vida y más lejos de su auténtica felicidad, aquélla que sólo se alcanza en el contacto con Jesús. La tristeza de nuestro mundo, de este mundo que se ha vuelto loco, proviene de su rechazo hacia Aquél que es su Señor y su Dios, es decir, del rechazo de Jesucristo.

La Cruz es el símblo de la máxima expresión de amor posible, un Amor que llevó a Dios, encarnado en la Persona de su Hijo, es decir, encarnado en Jesucristo, a dar su Vida por nosotros los hombres, por nuestros pecados, para poder así salvarnos, contando con nuestra colaboración. Antes eso era imposible, pues las puertas del Cielo estaban cerradas. Tal es el misterio de iniquidad del pecado, sólo superado por el misterior del Amor de Dios hacia nosotros.

La hoz y el martillo es el símbolo del odio, propio del marxismo-leninismo comunista, que basa toda su dialéctica de "progreso" en la lucha de clases. Todos saben -o deberían saber, aunque se calla- que el número de muertos bajo el regimen comunista, en la época de Stalin, sobre todo, fue del orden de cien millones (que se dice pronto).

¿Cómo se puede explicar que ese "Cristo comunista", que es una blasfemia y un insulto, se haya entregado como "regalo" al Santo Padre. Lo propio hubiera sido rechazarlo, porque supone una ofensa a la persona más querida, que es Jesucristo, y se supone que el Papa es el dulce Cristo viviente en la Tierra. ¿Cómo se puede soportar que insulten así a tu mejor Amigo, en tus propias narices, y con una repercusión a nivel mundial?
Se dijo, en un principio, que el papa Francisco le habia dicho: "Eso no ha estado bien", pero tal interpretación fue desmentida por el padre Lombardi


Y también por el propio Papa en el vuelo de regreso a Roma tras su visita apostólica a Ecuador, Bolivia y Paraguay, en el que concedió una rueda de prensa de 64 minutos a los periodistas que viajaron con él, respondiendo a diversas preguntas sobre sus declaraciones en la gira. Copio a continuación parte de esa rueda de prensa, la que hace relación al crucifijo de marras.


-Santidad, ¿qué sintió cuando vio esa hoz y el martillo con el Cristo encima que le ofreció el presidente Morales? ¿Dónde está ese objeto ahora?

- Es curioso, yo no conocía esto y no sabía que el padre Espinal era escultor y poeta encima, lo supe en estos días. Cuando lo vi para mí fue una sorpresa. 

- Segundo, se puede calificar como el género del arte de protesta. Por ejemplo, en Buenos Aires, hace algunos años fue exhibida una muestra de un escultor bueno, creativo, argentino que ahora está muerto. Era arte de protesta y yo recuerdo uno que era un Cristo Crucificado sobre un bombardero que iba bajando. Era una crítica del cristianismo aliado con el imperialismo que bombardea. Entonces primero yo no sabía nada, segundo yo lo calificaré como arte de protesta que, en algunos casos, puede ser ofensivo.

- Y tercero: el Padre Espinal fue asesinado en el año 80. Era un tiempo en el que la teología de la liberación tenía muchas ramas. Una de esas ramas proponía el análisis marxista de la realidad. Padre Espinal pertenecía a esto, eso lo sabía porque en esos años yo era rector en la facultad de teología y se hablaba mucho de esto. Cuáles eran las diversas ramas y quienes pertenecían a ellas. En el mismo año el general de la Compañía de Jesús mandó una carta a toda la Compañía sobre el análisis marxista de la teología. Un poco frenando y diciendo: esto no va, son cosas diversas, no es justo, no van.

Cuatro años después, en el 84, la Congregación para la Doctrina de la Fe publicó el primer documento pequeñito, una primera declaración sobre la teología de la liberación que critica esto. Después vino el segundo que abrió las perspectivas más cristianas, estoy simplificando, ¿no? O sea, hagamos la hermenéutica en aquella época. Espinal era un entusiasta de este análisis de la realidad marxista y también de la teología usando el marxismo. De esto vino esta obra.

También las poesías de Espinal eran de ese género de protesta pero era su vida, era su pensamiento, era un hombre especial, con tanta genialidad humana y que luchaba. Él tenía buena fe. Haciendo una hermenéutica como ésta lo comprendo. Para mí no fue una ofensa, pero tuve que hacer esta hermenéutica y lo digo a ustedes para que no existan interpretaciones


-¿Dónde quedó la cruz?

- La traigo conmigo. El presidente Morales quiso darme dos condecoraciones, la más importante de Bolivia y la otra es la orden del padre Espinal, un nuevo orden. Jamás recibí una condecoración, no me viene. Él lo hizo con tanta voluntad, lo hizo con buena voluntad y con el gusto de darme un gusto y pensé que esto viene del pueblo de Bolivia y recé para saber qué hacer con esto.


-Si me lo llevo al Vaticano irán a parar al Museo, terminará ahí y ninguno jamás las verá. Entonces pensé en dejárselo a la Virgen de Copacabana, la madre de Bolivia. En cambio el Cristo lo traigo conmigo.
(Continuará)