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jueves, 23 de junio de 2016

¿Puede un católico votar al PP? (José Martí) (3 DE 5) Dialogando conmigo mismo (1)



Antes de nada, debo insistir en que todo lo que estoy diciendo va dirigido sólo a los católicos. De ahí que pueden aparecer citas evangélicas a lo largo de esta exposición. Ello no obsta para que quienes no lo sean puedan leerlo, igualmente. Tal vez les ayude en su intención de voto. En todo caso, lo que escribo es, sencillamente, un modo de aclarar mis propias ideas, exponiéndolas por escrito. Dicho esto, continúo:

La difícil y excepcional situación política en la que vivimos, rodeada de todo tipo de incertidumbres, en donde lo de menos es el bien común de los ciudadanos, a quienes se les quiere manipular, como sea, con el único fin [y esto vale para todos los partidos que se presentan] de que se les vote para que lleguen al poder ... todo esto en una "lucha" llena de descalificaciones y de mentiras o de medias verdades (que son aún peor). Se pretende confundir al ciudadano medio para que les vote, mediante una serie de  promesas que luego serán, generalmente, incumplidas ... bien por incapacidad manifiesta, bien por cobardía ... o bien por ambas cosas. Y no estoy pensando sólo en el PPa quien tanto se le está reprochando (¡ y con razón!), por haber incumplido la mayoría de las promesas que hizo. 

No tenemos más que pensar en el PSOE, con Zapatero a la cabeza (desde el 16 de abril de 2004, en que fue investido presidente hasta el 20 de noviembre de 2011) que dejó a España al borde del precipicio (el número de desempleados subió en más de tres millones durante su mandato). Esa fue la herencia que le dejó al PP. Y esto son hechos reales y demostrables.

Y de Podemos, como partido comunista radical que es [aunque ahora miente descaradamente llamándose a sí mismo socialdemócrata] ¿qué se puede esperar sino que actúe como tal? ... es decir, al estilo de Chávez o de Fidel Castro. Este último, tras una revolución en la que derrocó al dictador Batista el 1 de enero de 1959, se afianzo en el Poder el 16 de febrero de 1959 ... y así hasta febrero de 2008 en que presentó su renuncia definitiva, debido a una operación quirúrgica, y delegó en su hermano Raúl Castro. 

Lo propio del marxismo-leninismo es perpetuarse en el Poder, una vez que lo consigue, actuando en coherencia con lo que es: un partido totalitario y liberticida cuya existencia en un país democrático no tiene ningún sentido. Como digo, una vez en el Poder, en el caso de que llegasen ... ya no lo sueltan ... y se acabó la democracia. Y si no lo vemos así es porque nos hemos vuelto ciegos o porque no queremos ver. No tenemos más que mirar lo que ocurre en todos los países comunistas: Cuba, Venezuela, Rusia, China, etc. ¿Queremos que España se convierta también en un país comunista? Eso nos llevaría a la esclavitud económica, a la pobreza y al final de todas las libertades de las que ahora -mal que bien- todavía disfrutamos.

Pero este es el mundo en el que nos encontramos. No tenemos otro; y Dios nos ha colocado justo aquí (en este lugar) y ahora (en este momento histórico) porque es aquí y ahora cuando tenemos que permanecer fieles en nuestra fe, a costa -incluso- de nuestra vida, demostrándole así que, igual que Él nos quiere, también nosotros lo queremos a Él y confiamos en Él. Sabemos que no nos dejará solos. Son sus Palabras: "No os dejaré huérfanos, volveré a vosotros" (Jn 14, 18). "Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque Tú estás conmigo; tu vara y tu cayado me sosiegan" (Sal 23, 4) 

Así pues: no tenemos por qué tener miedo a nada ni a nadie si Jesucristo está a nuestro lado "No tengáis miedo a los que matan el cuerpo pero no pueden matar el alma; temed, sobre todo, al que puede arrojar el alma y el cuerpo en el infierno" (Mt 10, 28)] ... y lo estará si se lo pedimos con todo nuestro corazón, según se lee en los Salmos: "Un corazón contrito y humillado, Señor, Tú no lo desprecias" (Sal 51, 19b).

En las pruebas es donde mejor se manifiesta la autenticidad del amor. Y las pruebas por las que estamos atravesando estos días nos pueden y nos deben servir para aumentar nuestra fe y para confiar más plenamente en el Señor, pues como dice san Pablo: "Dios no permitirá que seáis probados por encima de vuestras fuerzas, sino que con la prueba os dará la fuerza para que podáis superarla" (1 Cor 10, 13).

Una de esas pruebas o tentaciones a las que podemos estar sometidos, con relación al tema que nos ocupa, es la del "resentimiento" contra el PP, por no haber cumplido sus promesas teniendo, como tenía, la mayoría absoluta ... lo que es absolutamente cierto; de manera que para castigarlo, aquellos que, en su momento, le votaron, ahora ya no lo harán y votarán a otro partido. Podríamos llamarle  voto de castigo. Y estarán en su derecho, por supuesto. 


Sin embargo, me parece a mí, la experiencia demuestra que no es bueno tomar una decisión bajo los efectos de algún tipo de emoción: rabia, enojo, impotencia, sentimiento de haber sido engañado, etc... aunque es lógico y completamente normal tener esas emociones y otras por el estilo ... pues hay motivos para ello. Lo que ya no es tan razonable es la toma de decisiones cuando se está bajo el influjo de esos sentimientos, pues puede ocurrir fácilmente que uno se obnubile y se ciegue y se incapacite para pensar de modo racional. Considero que hay que tener en cuenta todos los datos que estén a nuestro alcance, sopesando los pros y los contras y dejándose aconsejar de personas que posean una mayor clarividencia que nosotros. El voto por revancha no suele ser buen consejero. Y una vez que se ha votado ya no hay posibilidad de marcha atrás. Se impone, por lo tanto, ser realistas y ser prácticos: ¡Es mucho lo que está en juego!

Me vienen a la mente las palabras que pronunció nuestro Señor cuando dijo (y pienso que en tono de queja) que "los hijos de este mundo son más sagaces para sus cosas que los hijos de la luz" (Lc 16, 8). Y esto es realmente así. Es fácil de constatar. Pero no es lo deseable. De hecho, fue Jesús mismo quien dijo a sus discípulos: "Mirad que os envío como ovejas en medio de lobos. Sed, pues, prudentes como serpientes y sencillos como palomas" (Mt 10, 16), expresión en la que podemos observar que el verbo "ser" viene en imperativo. Es más bien un mandato que un consejo. Jesús nos quiere sencillos y limpios de corazón, pero no nos quiere lelos ni ingenuos o tontarrones ... sino prudentes, sagaces, astutos: que hagamos un buen uso de nuestra inteligencia. Y luego que actuemos en consecuencia.

Por si es de interés para alguno, escribo a continuación una especie de diálogo conmigo mismo, razonando algunas cuestiones, dando otras por evidentes y quedando con cierta duda, precisamente, cuando toco determinados puntos que son cruciales a la hora de votar y que son los que, en definitiva, pueden inclinar el sentido del voto hacia uno u otro partido; o hacia ninguno. Escribo según mi conciencia me dicta, procurando ser lo más objetivo posible y sabiendo que tengo que rendir cuentas ante Dios de la decisión que tome. De ahí el análisis al que he sometido mi inteligencia, dejando en el desván los sentimientos y las emociones, de cualquier signo.


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1. Votar a un determinado partido, ¿significa estar de acuerdo con todo su programa? 

Es evidente que no. Al leer el programa del partido en cuestión, estaremos de acuerdo en muchos o en algunos de sus proyectos de futuro. Es casi imposible estar de acuerdo en todo. Y eso teniendo en cuenta que luego puede que no cumplan todo lo que han prometido, lo que suele ser lo más frecuente, no en un partido concreto, sino en todos. Una cosa es el proyecto y otra su ejecución. Hay, a veces, algunos imponderables que surgen y con los que no se contaba, lo que puede alterar el cumplimiento de alguno de los puntos prometidos. Y todo ello suponiendo que no haya corrupción en alguno de los miembros del partido votado.

2. Si comparo varios partidos y tengo más afinidad con uno que con los otros, aun cuando no me identifique con ninguno, ¿es grave votar a aquél que me parezca menos malo?

- Si todos coincidieran en aprobar (y continuar con) la ley del aborto ... y no hubiese ningún otro punto que aprobar, la respuesta sería clara y diáfana: no votar y punto (o votar en blanco, no introduciendo ninguna papeleta dentro del sobre)

- Sin embargo, no se está hablando sólo del aborto. Hay muchos otros puntos a tener en cuenta. Por ejemplo, la libertad religiosa: el PP -al menos en su programa- la respeta. Ciudadanos quiere la Religión fuera de la escuela, al igual que PODEMOS y PSOE, aunque estos dos últimos son, claramente, anticatólicos.


- Votar al PP supone votar a favor de un partido que es abortista, entre otras cosas ... ¡Eso es cierto!  Pero votar a cualquiera de los otros tres supone votar a partidos que tienen lo mismo malo que el PP pero, además, hay que añadir la salida de la religión de los colegios (caso de Ciudadanos) y, en los casos de PODEMOS y PSOE, a todo lo anterior (en realidad, agravado) hay que sumar un odio visceral contra el catolicismo, que se manifestará en vejaciones y persecuciones de todo tipo. De hecho, ya lo están haciendo y eso que están en la oposición. ¿Qué sería, entonces, si llegasen al Poder? (Véase la entrada anterior)
- Votando al PP se retrasa (¡al menos,eso espero!) la persecución religiosa que se avecina y que se otea ya en el horizonte. Si el PP llegase a gobernar otra vez con mayoría absoluta (aunque esto es muy poco probable) tal vez tomaría nota de sus errores para no volver a repetirlos y quitaría de la ley el llamado "derecho al aborto", entre otras muchas más cosas. 

- Con respecto al famoso "cambio" que tanto reclaman Ciudadanos, PSOE y PODEMOS [¡y cuidado con el cambio que pretenden llevar a cabo! ... pues no sería para mejor, sino que hundiría a la nación española, como ha ocurrido en Cuba y Venezuela]  hay que decir que tal cambio ya comenzó a producirse hace cuatro años, no en el tema moral, por desgracia, en el que son todos muy parecidos, sino en otros puntos; por ejemplo en el caso del empleo, lo que se ilustra en el siguiente video:



En este video se observa que, en el aspecto del empleo, la política seguida (¡EL CAMBIO que tanto piden!) es buena. Y no es realista, ni honrado, pedirle a un partido que realice cambios rápidos, sobre todo si se encuentra con la situación con la que se encontró el PP cuando se retiró Zapatero. 

Hasta ahora, que yo sepa, los únicos cambios que se han producido a la velocidad del rayo los ha realizado el PSOE: Todo fue entrar al Poder en el 2004 (después del desastre del 11-M, que cambió el sentido del voto) y legalizar el aborto como un derecho de la mujer. Y es que en los temas "morales", los partidos de izquierdas no se andan por las ramas, ni piden consenso, o algo que se le parezca. Es mucho más sencillo: ¡ORDENO y MANDO! ¡Punto! ¡Y si alguien no está de acuerdo, peor para él! ESO ES LO SUYO. Son expertos en el arte del adoctrinamiento. Eso no se les puede negar. Y es porque, en realidad, es lo único que les importa, al objeto de poder perpetuarse en el Poder ... ¡y, mientras tanto, cada vez más paro hasta acabar hundiendo al país en la miseria!

- Aunque lo más importante, en mi opinión (tal vez en exceso optimista) es que estos seis meses que han transcurrido, desde el 20-D, pueden haber servido para que, de una vez por todas, se le haya podido ver la cara a los lobos vestidos de ovejas, que son todos, en realidad, pero de una manera radical lo es PODEMOS (véase el vídeo correspondiente).

- Siguiendo con mi optimismo, podría ocurrir que, caso de volver a gobernar otra vez el PP con mayoría absoluta (aunque esto es altamente improbable) se produjera entre los españoles, aun cuando no sean católicos, algo que no se ha dado hasta ahora: ¡ABRIR LOS OJOS!  y ver las cosas como son. Volver de nuevo al sentido común y llamarle al pan, pan; y al vino, vino. Eso haría posible una marcha atrás de la perversa Ideología de género que se está imponiendo en todo el mundo (también aquí en España) y que está dando al traste con toda la sociedad, pues tiene como objeto primario la destrucción de la familia, con la pérdida de la patria potestad de los padres sobre sus hijos, la cual pasaría a ser ocupada por el Estado. 

- Yo quiero seguir creyendo en que se dará una reacción positiva -y eficaz- por parte de muchos católicos que, previendo el futuro catastrófico que se avecina, sobre todo para sus hijos, se volverán más responsables y no dejarán que el Estado les imponga la abominable Ideología de género.

-Espero que, como en el caso del ave Fénix, tenga lugar algún tipo de resurgimiento en España. ¿De qué tipo? No lo sé. Pero desde luego, si queremos salir de este agujero negro en el que nos encontramos, los niños deben de ser escolarizados en el conocimiento verdadero de la fe católica. Y los padres tienen que formarse adecuadamente y no consentir que perviertan a sus hijos, desde la propia legalidad. 

-Como digo, no lo sé, pero tal vez surja algún tipo de movimiento auténticamente católico ( o bien nuevo, o bien que ya exista, pero que se desconoce, como es el caso de AES, debido a su falta de recursos económicos). Es una mera hipótesis. Pero si AES se diera a conocer a lo largo de estos cuatro años que se nos vienen encima y se presentara a las próximas elecciones de 2020 ... y los católicos les votaran, en su inmensa mayoría ... digo, es posible que todo este proceso de derrumbamiento de la sociedad diera un vuelco positivo. ¿Por qué? Pues porque si un pueblo o una nación se vuelve de nuevo a Dios y acepta sus leyes, entonces la Ley natural, que está impresa en todos los corazones de los seres humanos, regiría el comportamiento de las personas. Éstas se regirían entonces, en su actuar, por la voluntad de Dios ... lo cual, sin lugar a duda, influiría en el florecimiento y en el resurgir de la nación española.

[NOTA: Acabo de leer un artículo escrito por Rafael López-Diéguez, secretario general de AES, en donde explica las razones por las que no se presentan a estas elecciones. Merece la pena leerlo]

- Cierto que esto es un deseo pero podría hacerse realidad, bien sea AES o bien sea cualquier partido político de raíces católicas que, sin ser confesional, se regiría por unas leyes tales que habría unos principios intocables que no se podrían votar nunca, aquellos a los que se refería el papa Benedicto XVI. Una nación sin valores es una nación en descomposición ... ¡de todo tipo, también en lo económico! En fin, sea como fuese, lo cierto es que el rechazo de Dios es lo que está conduciendo a esta sociedad a la desolación. Si esto no ocurre, no me cabe ninguna duda de que iremos de mal en peor. Pero, en fin, lo que es cierto es que si el PP sale con una gran mayoría en las próximas elecciones, y a ser posible, recupera su mayoría absoluta ... de momento habríamos retrasado lo peor. Y tendríamos más tiempo para  seguir buscando soluciones alternativas, y para rezar más y con mayor intensidad, sabiendo -ahora sí- todo lo que está en juego. De ello tendremos que rendir cuentas a Dios.


(Continuará)