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viernes, 12 de diciembre de 2014

Fundamentalismo cristiano 2ª (12) [Misericordia selectiva-1](María Teresa Moretti )



Si se desea acceder al Índice de esta primera parte sobre Fundamentalismo cristiano, hacer clic aquí

Acerca de los Franciscanos de la Inmaculada ya se ha hablado anteriormente en este blog, en varias ocasiones. Es un caso clarísimo de misericordia selectiva, lo que en términos coloquiales suele denominarse también la ley del embudo. Hay una serie de artículos (siete, para ser precisos) escritos recientemente por María Teresa Moretti  cuya lectura nos puede situar un poco con relación a este gran problema surgido en el seno de la Iglesia Católica; y del que apenas si se habla, siendo así que es de una importancia capital. En estas dos entradas me voy a limitar a entresacar (o bien resumir) algunos párrafos de dichos escritos.
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Desde que en 1969 el Padre Stefano Maria Manelli, hijo espiritual de San Pío de Pietrelcina, en la estela de la invitación conciliar a volver a las fuentes originarias para reavivar la vida religiosa, fundara una pequeña comunidad franciscana, la Congregación de los Franciscanos de la Inmaculada, ésta floreció hasta ser reconocida, en 1998, de derecho pontificio. A finales de 2012 se contaban 384 frailes (en 55 comunidades) y 400 monjas (en 48 conventos), además de muchos grupos de terciarios con votos.

En el invierno eclesial que se abatió sobre la Iglesia tras el Concilio Vaticano II, los Franciscanos y las Franciscanas de la Inmaculada eran uno de los pocos “brotes verdes” en el gélido panorama de abandono de la vida religiosa y de apostasía generalizada. Su caso era la prueba fehaciente de que precisamente la austeridad y pobreza evangélicas, el testimonio coherente de oración y penitencia, el seguimiento de la Tradición de la Iglesia Católica y, sobre todo, la fidelidad a la Cruz siguen atrayendo no sólo a vocaciones jóvenes, sino a toda alma sedienta de encontrarse con Cristo en su Iglesia.

Los Franciscanos de la Inmaculada representaban la vitalidad del escándalo de la Cruz en una Iglesia empeñada primero en disimularla, luego en ocultarla y, finalmente, si fuera posible, en borrarla de su historia y de la historia del mundo.
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Stefano Manelli: Nuevo mártir de la Tradición

Resumen de los sucesos principales ocurridos después de la promulgación, el 11 de julio de 2013, del Decreto de nombramiento del Capuchino Padre F. Volpi como Comisario Apostólico de los Franciscanos de la Inmaculada. Nos ceñiremos, exclusivamente, a los acontecimientos de la trama principal, aquella urdida desde el principio para destruir una Orden religiosa floreciente culpable de “desviacionismo tradicionalista” y hasta de “cripto-lefebvrismo”. Lo haremos en varios puntos:

1. Prohibición de celebrar la Misa según el Vetus Ordo


Es una manifestación directa de la voluntad del Papa Francisco que comienza a ser efectiva a partir del 11 de agosto de 2013. Tal prohibición es una sanción en evidente contraste con la legislación vigente de la Iglesia en materia de liturgia, recogida en la Bula "Quo primum" de San Pío V (1570) y en el Motu Proprio "Summorum pontificum" de Benedicto XVI (2007). La prohibición sigue aún vigente y es acatada con obediencia por parte del Instituto


2. Confinamiento del Padre Manelli


Considerado implícitamente culpable de haber alejado a sus hijos espirituales del “sentire cum Ecclesia” (especialmente por la aplicación del Motu Proprio ‘Summorum pontificum’ de Benedicto XVI), el Padre Manelli, fundador del Instituto de los Franciscanos de la Inmaculada, gravemente enfermo, es enviado a un convento del sur de Italia, con la prohibición de recibir visitas, incluso de sus familiares, bajo pena de pecado grave, y también de recibir llamadas telefónicas o cualquier otro tipo de contacto directo con el mundo exterior. 


El aislamiento al que está sometido el Padre Manelli es tan estrecho que el Comisario Apostólico le ha prohibido incluso, el día de su 81º cumpleaños (1 de mayo de 2014), ir a visitar la tumba de sus padres (Settimio Manelli y Licia Gualandris, ambos declarados Siervos de Dios) y de celebrar la Santa Misa por ellos. Desde el primer momento, el Padre Manelli obedece en silencio, siguiendo también en esta prueba tan dolorosa las huellas de su padre espiritual, San Pío de Pietrelcina


El “martirio blanco” que está padeciendo lo acerca aún más a la larga lista de fundadores que, al final de su vida, se vieron perseguidos ferozmente por sus propios discípulos y por la Jerarquía eclesiástica: de San Benito de Nursia a San Francisco de Asís, de San Juan de la Cruz a San Alfonso María de Ligorio, de Santa Teresa de Jesús a San Juan de la Cruz. Desde luego, el Padre Manelli está en buena compañía.


3. Gran Purga en la cúpula de la Orden


Después del nombramiento del Padre Volpi, se procede rápidamente a la destitución de los cargos del Instituto. Los frailes fieles al carisma de los Padres Fundadores son transferidos y alejados, con furia y precipitación, a la vez que se promocionan, en todos los niveles de la Orden, a los hermanos que apoyan la “nueva” orientación.


- En esta línea, sin motivos claros, se aparta de la enseñanza al Padre Alessandro Maria Apollonio, Procurador General, Presidente del Seminario Teológico y Guardián del convento de Roma-Boccea, y se le traslada a Portugal


- También se aleja de la enseñanza y de toda actividad, enviándolo a Austria, al Padre Serafino Maria Lanzetta, Superior de la Casa Mariana de Florencia y Profesor de Teología Moral en el Seminario Teológico “Inmaculada Mediadora”, fecundo organizador de congresos, jornadas de estudio e iniciativas pastorales. 


- Igualmente, al Padre Francesco Maria Budani, que estaba estudiando Derecho Canónico, se le traslada, de la noche a la mañana, a África impidiéndole así continuar sus estudios. 


- Misma suerte para el Padre Settimio Maria Manelli y el Padre Paolo Maria Siano, respectivamente Rector y Vice-Rector del Seminario, que son destituidos de sus cargos y reemplazados por dos hermanos de la “nueva” línea, uno de ellos ni siquiera bachiller en Teología (…)


[Hay, además, un dato a tener en cuenta: el Padre Siano, Profesor de Historia de la Iglesia, es un experto en masonería y autor de dos importantes libros sobre los orígenes, la ritualidad y el simbolismo de esta peligrosa institución sectaria violentamente anticristiana y anticatólica. Una de sus últimas conferencias antes del nombramiento del Comisario tuvo lugar precisamente en Florencia, el 1 de marzo de 2013. Pues bien, según Giovanni Pallanti (ex vice-Alcalde de Florencia, historiador y periodista) detrás del susodicho nombramiento estaría también la irritación tanto de las logias como de ciertos sectores de la Iglesia empeñados en el “diálogo” con la masonería. Los Franciscanos de la Inmaculada pagarían caro su valiente activismo contra la virulencia de esta asociación iniciática que, tras casi tres siglos desde su fundación, sigue aún infectando la sociedad con sus ideas ponzoñosas (…)]


Es importante destacar que tanto los fundadores como los miembros de los órganos directivos del Instituto de los Franciscanos de la Inmaculada han obedecido y están viviendo su exilio en los lugares a los que les ha trasladado el Comisario Apostólico, sin poner ningún tipo de trabas

[Esto, para mí, es muy significativo, pensando en la fe auténtica de estas personas, que obedecen, aunque estén convencidos de que sea una injusticia lo que están haciendo con ellos. No discuten y obedecen: el juicio se lo dejan a Dios. Estas medidas no se toman, sin embargo, con otros (teólogos, sacerdotes, frailes, monjas o cardenales) que se han decantado claramente por difamar y mentir acerca de las verdades fundamentales de la Iglesia; entre otras cosas porque, caso de producirse (como ha ocurrido en algún caso), no acatan la autoridad de sus superiores. Como digo, el juicio acerca de cada persona le corresponde a Jesucristo, que es infinitamente misericordioso e infinitamente justo].


4. Se recogen firmas en favor de los FFI y son desoídas las apelaciones.


La consternación y la inquietud no sólo de los que, de un modo u otro, estaban en contacto con los Franciscanos de la Inmaculada, sino de todos los católicos sinceramente angustiados por los desgarros internos de la Iglesia, han empujado varias recogidas de firmas en apoyo de los FFI. 


- La primera de ellas la lanza la Agencia de Información “Corrispondenza Romana” y, entre el 1 y el 7 de agosto de 2013, 3515 mensajes llegan a las direcciones de correo electrónico del Cardenal João Braz de Aviz, Prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, del Secretario de la misma Congregación, Arzobispo José Rodríguez Carballo, del Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Arzobispo Gerhard Ludwig Müller, del Vice-Presidente de la Pontificia Comisión “Ecclesia Dei”, Arzobispo Augustine Di Noia y del mismo Comisario Apostólico de los FFI, Rev. Padre Fidenzio Volpi.


- En febrero de 2014, “Corrispondenza Romana” y otras asociaciones de laicos católicos lanzan una segunda recogida de firmas para pedir la dimisión del Comisario Apostólico, el Padre Volpi, llegando a cosechar unos 8000 avales


El 8 de febrero de 2014 parte otra iniciativa de la web “Ecclesia Dei” para la defensa de los FFI y del Motu Proprio “Summorum Pontificum”.


Lamentablemente, a estas interpelaciones de parte de los fieles de todo el mundo la Santa Sede no ha dado otra respuesta más que lacónicos comunicados (como el del Padre Lombardi el 2 de agosto de 2013 ), embarazosos silencios o, peor aún, un recrudecimiento de las medidas vejatorias contra el Instituto


Además, los que han estado en primera línea desde el comienzo de toda esta lamentable historia, han pagado y siguen pagando su compromiso en defensa de los Franciscanos de la Inmaculada, con retorsiones y querellas, como por ejemplo, el Profesor Roberto de Mattei, que por sus, siempre respetuosas y filiales, críticas al Papa Francisco y a la gestión de casos como el de los FFI, fue despedido de Radio María.

(Continuará)