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miércoles, 28 de diciembre de 2016

Francisco no contesta las Dubia porque las considera oposición ideológica (Secretum Mihi Meum)



Apoyar a Educatio Servanda es un deber moral

Fuente: Infocatólica



Por primera vez en España un gobierno autonómico ha multado al director de un colegio católico por cometer la osadía de criticar una ley que impone la ideología de género en todos los centros educativos, públicos y privados. Que ese gobierno sea del Partido Popular indica, una vez más, que esa formación política, lejos de ser un mal menor en todo lo que tenga que ver con la ingeniería social de origen masón y anticristiano, es un elemento activo, fundamental, en el avance de la perversión moral de este país.

La medida del gobierno de la señora Cifuentes atenta contra tres derechos: el de la libertad de expresión (art 20 de la Constitución), el de la libertad religiosa (art, 16) y el del derecho de los padres a que sus hijos sean educados conforme a sus creencias (art. 27.3).

Efectivamente, es la primera vez que, en este país, criticar una ley acaba en multa. Y es la primera vez que en este país la defensa de los valores morales de la fe católica -y de otros cristianos no católicos-, se sanciona administrativamente por un gobierno. Ya hemos tenido otras ocasiones en las que ser católico ha supuesto una clara discriminación. Es el caso del juez Ferrín Calamita y el juez Serrano -este con final feliz-. Pero hasta ahora nos habíamos librado de ser perseguidos por el poder político.

La persecución contra los cristianos no siempre tiene carácter sangriento. También se les persigue cuando se les imponen leyes inicuas, injustas y que atentan contra su derecho a defender su fe para sí mismos y para sus hijos.

Es habitual escuchar la acusación de homofobia y transfobia contra los que, en base a nuestra fe, nos oponemos a la imposición totalitaria de la ideología de género. Pero una cosa es que no se pueda discriminar a nadie por su orientación social y otra, muy distinta, que nos quieran imponer que es moralmente aceptable aquello que nuestra fe indica que es pecado y contrario a la ley natural. Y mucho menos que lo quieran imponer a nuestros hijos.

Es por ello moralmente obligado apoyar a don Carlos Martínez, director del colegio Juan Pablo II, y a la Fundación Educatio Servanda, que ha anunciado su decisión de recurrir la multa. El apoyo se puede realizar FIRMANDO EN ESTA WEB, pero también a través de artículos en blogs, mensajes en redes sociales y/o enviando cartas al director a periódicos de papel o digitales.

Hay otro tipo de apoyo que puede diferirse en el tiempo pero resulta ya fundamental. Consiste en no volver a votar a un solo partido político que impulse ese tipo de legislación totalitaria y liberticida. Quien vota a quien defiende el ataque contra la libertad de los creyentes se convierte, sí o sí, en cómplice del totalitarismo con forma de democracia que hoy tenemos en España. Si quien hace eso es además cristiano, la decisión es traidora y suicida, como Judas Iscariote.

Por otra parte, no hace falta ser cristiano para oponerse a este ataque a las libertades señaladas. Basta con tener un poco de sentido común y respeto por el derecho a expresarse libremente. Se puede estar en las antípodas religiosas y sociales de lo que representa Educatio Servanda y la escuela católica y, a su vez, defender su derecho a existir y a no ser coaccionado desde el poder político. 


De nada vale presumir de ser demócrata si por la vía de los hechos se acepta que se imponga el totalitarismo en este área.


Luis Fernando Pérez Bustamante