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viernes, 30 de septiembre de 2016

La Eucaristía del Papa Francisco (Mario Caponnetto)




En su reciente nota, El otoño caliente de Bergoglio y la pasión de la Iglesia, publicada en Adelante la Fe el pasado 18 de septiembre, el periodista Antonio Socci advierte acerca de la visita del Papa Francisco, el próximo 31 de octubre, a Suecia en ocasión de la “celebración” de los quinientos años de la Reforma Luterana. De acuerdo con el periodista italiano, en esa visita se consumaría la ruptura del Papa Bergoglio con la doctrina católica de la Eucaristía al autorizar, según parece, la “intercomunión” entre católicos y luteranos. “Esto significaría -afirma Socci- la abolición de hecho de la doctrina católica sobre la transustanciación, en la práctica la abolición de la Eucaristía. Hay que recordar que en la ceremonia del pasado 28 de junio, y no de casualidad, el Papa emérito Benedicto XVI insistió en el término “transustanciación”, precisamente para indicar el peligro inminente”.

La lectura de este artículo me trajo a la memoria una nota que escribí el 9 de junio de 2015 en oportunidad de las palabras pronunciadas por Francisco el domingo 7 de junio de ese mismo año, Festividad de Corpus Christi. No di a publicidad, en ese momento, la nota: sólo se la envié a algunos sacerdotes amigos, sabios y virtuosos, quienes confirmaron mis reservas y temores.

Creo que ahora es el momento de darla a conocer ante la inminencia de una visita papal que pudiera- Dios no lo permita- acarrear un verdadero desastre en la Iglesia. He aquí el texto sin cambio ni agregado alguno.

En el Angelus del domingo 7 de junio, Festividad de Corpus Christi, el Papa Francisco hablando acerca de la Eucaristía afirmó:

“Gesù prende tra le mani il pane e dice «Prendete, questo è il mio corpo» (Mc 14,22). Con questo gesto e con queste parole, Egli assegna al pane una funzione che non è più quella di semplice nutrimento fisico, ma quella di rendere presente la sua Persona in mezzo alla comunità dei credenti” [Jesús toma entre las manos el pan y dice: Tomad, esto es mi cuerpo (Marcos 14, 22). Con este gesto y con estas palabras, Él asigna al pan una función que no es más la de un simple alimento físico sino la de hacer presente su Persona en medio de la comunidad de los creyentes”].

Estas palabras son desconcertantes y producen no poca inquietud, inquietud que se intensifica a medida que se las analiza. Lo que está diciendo el Papa es que al pronunciar las palabras de bendición del pan Cristo asigna a éste una nueva función de tal suerte que ya no cumple la función de un alimento físico sino que, ahora, la función del pan es producir o rendir la presencia de la Persona de Cristo en medio de la comunidad de los creyentes.

Es decir lo que cambia es la función pero no necesariamente la substancia del pan. En efecto, es posible suponer que el pan sigue siendo pan sólo que ahora ya no es sólo un alimento del cuerpo sino además algo capaz de hacer efectiva la presencia del Señor en la comunidad. Entonces, surgen al menos dos preguntas: primero, ¿puede cambiar la función de una cosa sin que cambie su substancia?; segundo, ¿la presencia de Cristo está en el pan o en la comunidad en la que Cristo se hace presente por medio del pan al que el Señor asigna una nueva función?

De hecho es posible asignar a una cosa una función determinada sin que ello implique necesariamente un cambio substancial. La función (u operación, u acción), pertenece a la categoría de accidente, no de substancia. En consecuencia, las palabras de Cristo operarían sobre el pan un cambio accidental no un cambio substancial. Pero esto contradice expresamente lo que la Iglesia ha enseñado siempre: en la consagración del pan cambia la substancia permaneciendo los accidentes. Por eso se habla de una presencia sacramental real de Cristo en su cuerpo, sangre, alma y divinidad bajo las especies del pan y del vino. Nada de esto aparece en esta novedosa manera de exponer el misterio de la fe del Papa Francisco.

En cuanto a la presencia de Cristo, ésta está primera y principalmente, substancialmente, en las especies eucarísticas no en la comunidad en la que el Señor está también de un modo real pero esencialmente diverso. Cristo, en efecto, está presente en la Iglesia de diversos modos produciendo entre los miembros del Cuerpo Místico una unión en la caridad. Pero ninguno de esos modos, que constituyen sí una presencia real, se compara al modo en que el Señor está presente en la Eucaristía pues se trata de un modo sublime y por antonomasia. Respecto de estos modos de presencia, Francisco insiste más adelante sobre ellos. Dice:

“Il Cristo, che ci nutre sotto le specie consacrate del pane e del vino, è lo stesso che ci viene incontro negli avvenimenti quotidiani; è nel povero che tende la mano, è nel sofferente che implora aiuto, è nel fratello che domanda la nostra disponibilità e aspetta la nostra accoglienza. È nel bambino che non sa niente di Gesù, della salvezza, che non ha la fede. È in ogni essere umano, anche il più piccolo e indifeso” [“El Cristo que nos nutre bajo las especies consagradas del pan y del vino, es el mismo que nos viene al encuentro en los acontecimientos cotidianos, está en el pobre que tiende la mano, está en el sufriente que implora ayuda, está en el hermano que demanda nuestra disponibilidad y espera nuestra acogida. Está en el niño que nada sabe de Jesús, de la salvación, que no tiene la fe. Está en cada ser humano aún en el más pequeño e indefenso”].

Resulta evidente que todos estos modos de presencia de Cristo son equiparados a la presencia eucarística. Por cierto que Cristo es el mismo, pero no está del mismo modo en el pobre, en el sufriente, etc. en que lo está en el Sacramento de la Eucaristía. Adviértase de paso que toda referencia a la realidad sacramental de la Eucaristía permanece por completo ausente en las palabras del Papa.

Resulta oportuno comparar esta homilía de Francisco con algunos pasajes de la Encíclica Mysterium fidei del papa Paulo VI. Leemos:

Aunque se salve la integridad de la fe, es también necesario atenerse a una manera apropiada de hablar no sea que, con el uso de palabras inexactas, demos origen a falsas opiniones -lo que Dios no quiera- acerca de la fe en los más altos misterios. Muy a propósito viene el grave aviso de San Agustín, cuando considera el diverso modo de hablar de los filósofos y el de los cristianos: «Los filósofos –escribe- hablan libremente y en las cosas muy difíciles de entender no temen herir los oídos religiosos. Nosotros, en cambio, debemos hablar según una regla determinada, no sea que el abuso de las palabras engendre alguna opinión impía aun sobre las cosas por ellas significadas»” (Mysterium fidei, 3).

Es evidente que, por decir lo menos, el Angelus de Francisco no ha guardado el modo propio y adecuado de hablar aun cuando pueda salvarse la integridad de la fe. Su lenguaje es equívoco, oscuro, impreciso y pone en grave riesgo de confusión a quienes lo oyen.

Sigue Paulo VI:

“La norma, pues, de hablar que la Iglesia, con un prolongado trabajo de siglos, no sin ayuda del Espíritu Santo, ha establecido, confirmándola con la autoridad de los concilios, norma que con frecuencia se ha convertido en contraseña y bandera de la fe ortodoxa, debe ser religiosamente observada, y nadie, a su propio arbitrio o so pretexto de nueva ciencia, presuma cambiarla. ¿Quién, podría tolerar jamás, que las fórmulas dogmáticas usadas por los concilios ecuménicos para los misterios de la Santísima Trinidad y de la Encarnación se juzguen como ya inadecuadas a los hombres de nuestro tiempo y que en su lugar se empleen inconsideradamente otras nuevas? Del mismo modo no se puede tolerar que cualquiera pueda atentar a su gusto contra las fórmulas con que el Concilio Tridentino ha propuesto la fe del misterio eucarístico. Porque esas fórmulas, como las demás usadas por la Iglesia para proponer los dogmas de la fe, expresan conceptos no ligados a una determinada forma de cultura ni a una determinada fase de progreso científico, ni a una u otra escuela teológica, sino que manifiestan lo que la mente humana percibe de la realidad en la universal y necesaria experiencia y lo expresa con adecuadas y determinadas palabras tomadas del lenguaje popular o del lenguaje culto. Por eso resultan acomodadas a todos los hombres de todo tiempo y lugar.

Verdad es que dichas fórmulas se pueden explicar más clara y más ampliamente con mucho fruto, pero nunca en un sentido diverso de aquel en que fueron usadas, de modo que al progresar la inteligencia de la fe permanezca intacta la verdad de la fe. Porque, según enseña el Concilio Vaticano I, en los sagrados dogmas se debe siempre retener el sentido que la Santa Madre Iglesia ha declarado una vez para siempre y nunca es lícito alejarse de ese sentido bajo el especioso pretexto de una más profunda inteligencia” (ibidem).

En cuanto a la presencia de Cristo en la Eucaristía en su relación con los otros modos de presencia, el Papa Montini es de una claridad meridiana:

“Bien sabemos todos que son distintas las maneras de estar presente Cristo en su Iglesia. Resulta útil recordar algo más por extenso esta bellísima verdad que la Constitución De Sacra Liturgia expuso brevemente Presente está Cristo en su Iglesia que ora […] Presente está El en su Iglesia que ejerce las obras de misericordia […] Presente está en su Iglesia que peregrina y anhela llegar al puerto de la vida eterna […] De otra forma, muy verdadera, sin embargo, está también presente en su Iglesia que predica […] Presente está en su Iglesia que rige y gobierna al pueblo de Dios […] Además, de modo aún más sublime, está presente Cristo en su Iglesia que en su nombre ofrece el sacrificio de la misa y administra los sacramentos […] Estas varias maneras de presencia llenan el espíritu de estupor y dan a contemplar el misterio de la Iglesia. Pero es muy distinto el modo, verdaderamente sublime, con el cual Cristo está presente a su Iglesia en el sacramento de la Eucaristía, que por ello es, entre los demás sacramentos, el más dulce por la devoción, el más bello por la inteligencia, el más santo por el contenido; ya que contiene al mismo Cristo y es como la perfección de la vida espiritual y el fin de todos los sacramentos. Tal presencia se llama real, no por exclusión, como si las otras no fueran reales, sino por antonomasia, porque es también corporal y substancial, pues por ella ciertamente se hace presente Cristo, Dios y hombre, entero e íntegro. Falsamente explicaría esta manera de presencia quien se imaginara una naturaleza, como dicen, «pneumática» y omnipresente, o la redujera a los límites de un simbolismo, como si este augustísimo sacramento no consistiera sino tan sólo en un signo eficaz de la presencia espiritual de Cristo y de su íntima unión con los fieles del Cuerpo místico” (n. 5).

Sigue iluminándonos el texto de Mysterium fidei, encíclica que recoge fielísimamente la doctrina de Trento:

“Verdad es que acerca del simbolismo eucarístico, sobre todo con referencia a la unidad de la Iglesia, han tratado mucho los Padres y Doctores escolásticos. El Concilio de Trento, al resumir su doctrina, enseña que nuestro Salvador dejó en su Iglesia la Eucaristía como un símbolo… de su unidad y de la caridad con la que quiso estuvieran íntimamente unidos entre sí todos los cristianos, y por lo tanto, símbolo de aquel único Cuerpo del cual El es la Cabeza […] Pero si el simbolismo eucarístico nos hace comprender bien el efecto propio de este sacramento, que es la unidad del Cuerpo místico, no explica, sin embargo, ni expresa la naturaleza del sacramento por la cual éste se distingue de los demás. Porque la perpetua instrucción impartida por la Iglesia a los catecúmenos, el sentido del pueblo cristiano, la doctrina definida por el Concilio de Trento, y las mismas palabras de Cristo, al instituir la santísima Eucaristía, nos obligan a profesar que la Eucaristía es la carne de nuestro Salvador Jesucristo, que padeció por nuestros pecados, y al que el Padre, por su bondad, ha resucitado” (ibidem).

Finalmente, es cierto que el pan consagrado adquiere un nuevo significado y un nuevo fin pero ello acaece como consecuencia de un cambio ontológico, esto es, substancial. Por eso, Paulo VI, recogiendo la doctrina tradicional de la Iglesia concluye:

“Mas para que nadie entienda erróneamente este modo de presencia, que supera las leyes de la naturaleza y constituye en su género el mayor de los milagros, es necesario escuchar con docilidad la voz de la iglesia que enseña y ora. Esta voz que, en efecto, constituye un eco perenne de la voz de Cristo, nos asegura que Cristo no se hace presente en este sacramento sino por la conversión de toda la sustancia del pan en su cuerpo y de toda la sustancia del vino en su sangre; conversión admirable y singular, que la Iglesia católica justamente y con propiedad llama transustanciación. Realizada la transustanciación, las especies del pan y del vino adquieren sin duda un nuevo significado y un nuevo fin, puesto que ya no son el pan ordinario y la ordinaria bebida, sino el signo de una cosa sagrada, y signo de un alimento espiritual; pero ya por ello adquieren un nuevo significado y un nuevo fin, puesto que contienen una nueva realidad que con razón denominamos ontológica”(n. 6).

No puede ser más notorio el contraste entre estos textos magisteriales y las confusas y paupérrimas expresiones del Papa Francisco. Una vez más, a la claridad meridiana de la doctrina parece haber sucedido una serie de palabras y gestos que oscurecen la verdad de la fe. Pero esta vez se ha ido demasiado lejos pues se ha tocado el nervio más sensible de la Iglesia, la Eucaristía. Y esto nos causa estupor y preocupación.

Mario Caponnetto

Libro de Acusación al Papa Francisco (Resumido en vídeos de Gloria TV)

El vídeo del día 26 ya lo he sacado en este blog traducido al español (ver aquí y aquí; en este último caso la traducción viene sobre el propio video).

Han salido tres vídeos más, correspondientes a los días 27, 28 y 29 de septiembre de 2016. Los inserto aquí, aunque no están traducidos del inglés (el traductor Google puede servir de ayuda para ello, pero se queda muy lejos de una verdadera traducción, que es la que muestra con claridad lo que dice la presentadora). De todos modos, en cada vídeo viene escrito en inglés lo que se va escuchando. Eso puede resultar interesante para los que tienen mal oído, como es mi caso, pero poseen un cierto vocabulario de inglés y nociones mínimas de gramática inglesa. Aquí los dejo:

Día 27 (Duración 2:19 minutos)

Contradictions: Last week The Remnant and Catholic Family News published a Liber of Accusation against Pope Francis. The Liber points out Pope Francis’ contradictory message. Quote: “You declare that the simple faithful are sinning gravely if they fail to recycle their household waste and turn off unnecessary lighting, even as you expend millions of dollars on vulgar mass events surrounding your person in various countries, to which you travel with large entourages in charter jets that emit vast quantities of carbon emissions into the atmosphere.”

Alliance with the Corrupt: The Liber notices that Pope Francis speaks incessantly of the poor and the “peripheries” of society but – quote – “you ally yourself with the wealthy and corrupt German hierarchy and pro-abortion, pro-contraception, pro-homosexual celebrities and potentates of globalism.”

Money from the Rich: The Liber accuses Pope Francis of deriding greedy corporate profit-seeking. But at the same time, he receives lavish donations from the world’s wealthiest technocrats and corporate heads, even allowing Porsche to rent the Sistine Chapel for a, “magnificent concert… arranged exclusively for the participants,” who paid some $6,000 each for a Roman tour.

Friend of Dictators: The Liber further criticizes the political choices of Pope Francis. Quote: “You demand an end to ‘inequality’ as you embrace communist and socialist dictators who live in luxury while the masses suffer under their yokes.”

Día 28 ( Duración 2:24 minutos)

Projections: Last week The Remnant and Catholic Family News published a Liber of Accusation against Pope Francis. Among other criticisms, it points out that he likes to ridicule a, “supposed soundness of doctrine or discipline” because, according to him, it “leads instead to a narcissistic and authoritarian elitism, whereby instead of evangelizing, one analyzes and classifies others.” The Liber cuts short: “It is you who are constantly classifying and analyzing others with an endless stream of pejoratives, caricatures, insults and condemnations of observant Catholics.”

Fast-track Divorce: The Liber criticizes Pope Francis’ Motu Proprio Mitis Iudex Dominus Iesus that introduces changes in the annulment process for Catholic marriages. Quote: “This Motu Proprio erects the framework for a veritable worldwide annulment mill with a ‘fast-track’ procedure and nebulous new grounds for expedited annulment proceedings.”

Divisions: The Liber of Accusation asks Pope Francis - quote - “Have you no sense of alarm about the divisions you have provoked within the Church, with some bishops departing from the teaching of your predecessors on the divorced and 'remarried,' solely on your purported authority, while others attempt to maintain the bimillenial doctrine and practice you have labored without ceasing to overthrow?"

Condemned By His Predecessor: The Liber uses the words of Familiaris Consortio of Pope John Paul II in order to accuse Pope Francis of leading the faithful – quote - “into error and confusion regarding the Church's teaching about the indissolubility of marriage.”

Día 29 (Duración 2:50 minutos)

Undermining Morality: Last week The Remnant and Catholic Family News published a Liber of Accusation against Pope Francis. It points out that the moral calculus behind Amoris Laetitia undermines the whole moral order, not just sexual morality. Quote: “For the application of virtually any moral norm can be deemed ‘unfeasible’ by a talismanic invocation of ‘complex circumstances’ to be ‘discerned’ by a priest or bishop in ‘pastoral practice’ while the norm is piously defended as unchanged and unchangeable as a ‘general rule'."

At the same time the Liber points out that Pope Francis’ moral calculus does not apply to other sins he condemns while carefully observing the bounds of political correctness. Quote: “Nowhere, for example, do you indicate that ‘complex circumstances’ or ‘limitations that diminish responsibility and culpability’ would excuse the Mafiosi you have rhetorically ‘excommunicated’ en masse and warned of Hell, the rich you condemn as ‘bloodsuckers’ or the observant Catholics you ludicrously accuse of ‘the sin of divination’ and ‘the sin of idolatry’ because they will not accept ‘the surprises of God’—meaning your novelties.”

Amnesty for Sins of the Flesh Only: The Liber concludes that Pope Francis seems to have centered on declaring an amnesty for sins of the flesh only, the very sins that, as Our Lady of Fatima warned, send more souls to hell than any other. The Liber asks Pope Francis - quote - “What makes you think the moral genie you have let out of the bottle, which you call the 'God of surprises,' can be confined only to those moral precepts you deem overly rigid in application?”

Immense Harm: The Liber concludes that it is beyond reasonable dispute that Pope Francis' presence on the Chair of Peter represents a clear and present danger to the Church. Quote: “We call upon you to recant your errors and undo the immense harm you have caused to the Church."

El lobby LGTBI persigue al colegio Juan Pablo II (vídeo de HM noticias)


Duración 1:39 minutos

La ‘obispa’ Cifuentes quiere cargarse el colegio Juan Pablo II (Eulogio López)

Fuente: Hispanidad


Cristina Cifuentes (en la imagen), presidenta de la Comunidad de Madrid por el partido Popular, y aspirante a La Moncloa, se ha lanzado en tromba contra el colegio Juan Pablo II de Alcorcón. Su director, Carlos Martínez, se ha atrevido, en carta a los padres, a criticar las dos normas sobre identidad de género de doña Cristina. ¿Acaso puede permitirse la discrepancia con Cristinita?

Una carta, por cierto, estupenda, que ha obligado a Telemadrid, los mejores tiralevitas de la Presidencia, a practicar la manipulación más grosera (la mentira para entendernos) con el sano objetivo de desacreditarla.

Por su parte, la obispa Cifuentes reaccionó con un sano espíritu democrático: enviar la carta del director del colegio Juan Pablo II a los “servicios jurídicos”. Es decir, que no sólo impone el homosexualismo en las escuelas a los niños, quieran o no quieran sus padres, en colegios públicos y religiosos sino que, además, amenaza con retirar el concierto (y hundir el colegio) y, encima, llevar ante los tribunales al director Carlos Martínez y al promotor del colegio, Juan Antonio Perteguer. O sea, todo muy democrático. Ya se sabe que para la obispa más progre del PP el Estado de Derecho no consiste en el sometimiento de todos a la ley sino la utilización de la ley contra el adversario. ¿Y quién hace las leyes? Cristinita.
Su norma, aplaudida por PSOE, Podemos y Ciudadanos, impone el homosexualismo a los niños, y lo hace en medio de un estruendoso silencio provocado por la cobardía de los colegios a perder el concierto.

La diferencia es que mientras algunos promotores de colegios católicos, como Alfonso Aguiló, se han acobardado y cedido ante la obispa Cifuentes, no podía permitir que ningún valiente levantara la voz: Perteguer lo ha hecho y Cristinita va a por él. Éste (2016-2017) será el curso donde se imponga el homosexualismo en las escuelas madrileñas.

Pero con el colegio Juan Pablo II, la obispa Cristina se ha pasado dos pueblos. El ataque comienza con carta enviada por padres anónimos y por colectivos gays poco anónimos. Miren el recado que le hace llegar la asociación homosexual  Arcópoli al colegio, instándole a paliar la normativa de la obispa progre de Madrid en el Colegio. Se ofrecen gratuitamente a enseñar homosexualismo a los niños. Eso sí, en nombre de la tolerancia, pero con la presión de fondo habitual: si no me dejas manipular a tus hijos (perdón, enseñar tolerancia) te advierto que Cristinita te asfixiará económicamente.

O sea, una encerrona, convenientemente manipulada por Telemadrid.

Es más, te llevará a los tribunales.

¿Qué por qué le llamo obispa a Cristina Cifuentes? Sencillo, cuando los obispos de Getafe y de Alcalá pusieron (no era una homilía, queridos tolerantes de Arcópolis, sino una carta pastoral. Como si dijéramos, uno de vuestros comunicados sólo que recordando el Magisterio de la Iglesia) las dos normas sobre identidad de género de Cristinita que atentaban contra la libertad religiosa, contra la libertad de enseñanza y contra la libertad de cátedra ... entonces ... Cristinita, conocida por sus conocimientos teológicos, aseguró que la opinión de los obispos era eso, la opinión de dos católicos ... que ella conocía a otros católicos (incluso del PP, donde, al parecer, también hay católicos) que no opinaban así.

¿Comprenden? El Magisterio de la Iglesia ya no lo marcan los obispos en comunión con el Papa: lo marca la obispa de Madrid, prelada Cristina Cifuentes.

Pero para ser obispa tiene muy mala uva. Por eso, está dispuesta a cargarse el colegio Juan Pablo II: porque no quieren homosexualizar a los niños. O sea, como el chiste del Txomin: no murió por comer setas venenosas … sino por los golpes que tuvo que darle por negarse a comer setas venenosas.

¿Y la cadena COPE y 13TV, propiedad de los obispos? Silenciando a los pocos valientes incluidos obispos, es decir, sus propietarios, que se atreven a levantar la voz contra la obispa Cifuentes. Al tiempo, alabando a la obispa, como la famosa entrevista de 13TV donde ni se le preguntó por el asunto. A lo mejor es que alguien en 13TV quiere hacer méritos para convertirse en el próximo director de Telemadrid.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com