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martes, 31 de mayo de 2016

¿La bicefalia en la Iglesia? por The Wanderer [contiene unas reflexiones personales]




Original aquí (Tomo nota de lo más relevante)

La semana pasada, Mons. Georg Gänswein expresó en una conferencia en la Universidad Gregoriana de Roma que la renuncia de Benedicto XVI debe entenderse como enmarcada en un “ministerio petrino expandido”, con un miembro activo (Francisco) y otro contemplativo (Benedicto).
[Como el enlace lleva a una página en inglés se puede ver aquí otro enlace diferente sobre lo mismo]. 


Monseñor Gänswein 
Estas palabras encendieron las luces de alerta de tradis (...) que empezaron a razonar que, entonces, la cosa no está tan mal: Benedicto sigue siendo el papa, de un modo particular, pero sigue siendo papa. Otros, con una imaginación más calenturienta, encontraron en visiones, revelaciones y locuciones sobrenaturales que esta bicefalia estaba profetizada. 

A mí me parece un disparate [¡Y a mí también!]. Hay “un solo rebaño y un solo pastor”, y ese pastor, mal que nos pese, es Jorge Mario Bergoglio. Si Benedicto quiere tocar el piano, a cuatro manos con su hermano, puede hacerlo, pero la Iglesia no se gobierna a cuatro manos

En esta ocasión estoy de acuerdo con De Mattei cuando dice: "Es posible que Benedicto XVI comparta esta posición, expuesta por Violi y Gigliotti en sus ensayos, pero la eventualidad de que él se haya apropiado de la tesis de la sacramentalidad del papado no significa que sea verdadera. Un papado espiritual diferente del papado jurídico no existe o lo hace sólo en la fantasía de algún teólogo”Y los esperanzados arguyen que "el que lo dijo fue el Prefecto de la Casa Pontificia", como si ese cargo poseyera cierta solidez doctrinal o de autoridad. Gänswein, más allá de que nos caiga simpático, es el mayordomo del Papa. Un empleado que usa algunas cintas más en la librea, pero es nada más que un doméstico.  Fantasías, puras fantasías o, más bien, manotazos de ahogado. 

Yo me huelo que Benedicto (y su secretario y consejero Gänswein), está en una profunda crisis de conciencia: se sabe,  en buena medida, responsable de la catástrofe que provocó al renunciar al Papado (...).  La única circunstancia que realmente cambiaría las cosas es que se comprobara que el papa Ratzinger fue obligado a renunciar pero, hasta el momento, no hay pruebas al respecto, y el que podría darlas -que es el mismo Ratzinger- sigue entretenido alimentando pececitos de colores en los estanques vaticanos¡Tarde piaste! Benedicto XVI debería haber pensando seriamente lo que hacía. Si su única opción era la renuncia al papado, por los motivos que fuera, debería haber tenido un poco más de sagacidad política, la que es una virtud propia del hombre de gobierno, para neutralizar a quienes se quedaron, efectivamente,  con el Papado

Le bastaba esperar un par de meses para que Kasper quedara fuera del cónclave; le bastaba reemplazar a Bergoglio, que ya hacía un buen rato había cumplido los 75 años, en la sede porteña, y lo mismo podría haber hecho con Daneels ... Bien podría haber enviado a Gänswein a negociar con Sodano, que aún tenía mucho poder, para fabricar un candidato de compromiso, o bien con el cardenal Dolan, que manejaba a buena parte de los americanos y ratzingerianos. En cambio, renunció a tontas y a locas, y nos dejó a todos los fieles y a la Iglesia misma en manos de un truhán.

Si estuviera en mi poder, le aconsejaría al papa Benedicto y a su secretario que, si tienen algo que decir, que lo digan claramente y a viva voz; y si no, mejor que se queden calladitos, no sea que a Bergoglio se le ocurra aplicar el método del clavo

Celestino V era un piadoso monjecito que fue elegido papa a los 85 años, en 1294, porque los cardenales habían pasado más de dos años sin ponerse de acuerdo. Como era previsible, su pontificado de meses fue un desastre con ribetes casi bergogliescos. Pero estaba allí para asesorarlo en materia canónica el cardenal Benedicto Caetani que, poco a poco, lo convenció de que podía renunciar. Así lo hizo y ..., ¡oh sorpresa!, el cónclave siguiente duró un solo día y el elegido fue el mismísmo Caetani que tomó el nombre de Bonifacio VIII (...).  Lo primero que hizo fue tomar prisionero a Celestino, que dejó de llevar ese nombre y pasó a ser nuevamente el monje Pietro di Murrone. Como berreaba con que quería volver a la cueva en la que vivía antes, el nuevo pontífice le hizo construir,  dentro de una muy custodiada iglesia,  una cueva, y allí se fue a vivir, aunque seguía con sus habladurías y rodeado de un grupo de seguidores. Murió a los pocos meses

Se dice que, cuando años más tarde exhumaron el cuerpo, tenía un clavo incrustado en el cráneo. En la Edad Media las cosas se resolvían de modo más expeditivo. Bergoglio todavía guarda ciertas formas: permite a los "papas eméritos" entretenerse con pasatiempos piscícolas. 

The Wanderer

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Consideraciones personales al respecto


Benedicto XVI renunció al Papado desde el momento mismo en que firmó y publicó su dimisión. No puede haber dos Papas. En mi opinión tendría que haber desaparecido del mapa, en el buen sentido de la palabra, y haberse dedicado a la oración, tal como, en un principio, dijo que iba a hacer ... pero luego no lo ha hecho ... con la consiguiente confusión que esto ha provocado -y sigue provocando en el pueblo cristiano: ¡todo lo cual es muy propio de la actitud modernista que, por las razones que sólo Dios conoce, se ha instalado en la Iglesia. 

Hablar de un Papado de dos cabezas es un disparate mayúsculo. Esto jamás ha pasado por la mente de ningún Papa, a lo largo de veinte siglos de Tradición. De manera que no puede venir Benedicto XVI,  así por las buenas, a cambiar el sentido del Papado  en contra de toda la Tradición de la Iglesia durante dos mil años de historia. Bajo ningún concepto puede hacernos creer, a través de su secretario, que él también es Papa. Eso sería una burla y un timo. La realidad es que fue Papa durante un determinado tiempo y luego dimitió voluntariamente ... según él mismo dijo y esto nunca lo ha desmentido. En ningún momento ha dicho que fue obligado a dimitir. Por el contrario, se ha reafirmado en lo mismo que dijo entonces.

Por lo tanto, en el mismo momento en que, libremente, firmó su renuncia al Papado, pasó a ser de nuevo el cardenal Ratzinger ... y lo propio sería que vistiese como cualquier otro cardenal. No tiene sentido que se le llame Papa "emérito" y que vista de blanco como el Papa Francisco, puesto que ya no es Papa. Sobre este asunto hay un artículo muy interesante en este blog, que se debe a Fray Gerundio, y que está fechado en agosto de 2013. Un auténtico profeta. Yo también dije algo sobre ello en varias entradas. 

Que quede bien claro: No existe la bicefalia en la Iglesia Católica, lo diga quien lo diga. Ahí  está el mandato expreso de Nuestro Señor Jesucristo: "Tu es Petrus" (Mt 16, 18) y la Tradición Perenne de la Iglesia durante dos mil años, que no se pueden cambiar a la ligera. 

José Martí


NOTA: Léase el interesante artículo titulado "El Arzobispo Gänswein y el Papa de dos cabezas"  escrito por Chris Jackson | Remnant Columnist (en Adelante la Fe)