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viernes, 13 de mayo de 2016

Sí, no, no sé, hagan ustedes. El magisterio líquido del papa Francisco (Sandro Magister)


Nunca dice todo lo que tiene en mente, sólo deja adivinarlo. Permite que todo sea puesto en discusión. Así todo se vuelve opinable, en una Iglesia en la que cada uno hace lo que quiere 



ROMA, 13 de mayo de 2016 – Cómo funciona el magisterio del papa Francisco lo explicó hace pocos días un protegido suyo, el arzobispo Bruno Forte. Contó que durante el Sínodo sobre la Familia, de la cual él era secretario especial, el Papa les dijo:

"Si hablamos explícitamente de comunión a los divorciados que se han vuelto a casar, usted no sabe cuánto lío provocamos. Entonces no hablemos en forma directa, háganlo en forma que se expliciten las premisas, luego yo extraeré las conclusiones".

Así, gracias a este "sabio" consejo – prosiguió Forte – las cosas han ido "madurando" y llegó la exhortación papal "Amoris laetitia", en la cual los reformistas han encontrado lo que querían.

La de Forte no es una confidencia arrebatada por la traición. La dijo desde el palco del teatro de la ciudad de Vasto, de la que es arzobispo, frente a una platea llena de gente. "Típico de un jesuita", comentó después con una sonrisa.

Porque Francisco obra justamente así. Jamás dice lo que tiene en mente, sólo hace que uno lo adivine. Y deja correr las interpretaciones incluso más disparatadas sobre lo que dice y escribe.

Se puede entender que en conversaciones privadas se use también este estilo de aproximación. Pero Jorge Mario Bergoglio lo ejercita sistemáticamente en público, en sus actos de magisterio oficial, aún cuando todos esperan que extraiga conclusiones y dé una respuesta clara y definitiva.

Respecto al magisterio de los Papas anteriores, esculpido en roca, limado palabra por palabra, inequívoco, el de Francisco es un momento crucial.

"Amoris laetitia" es la prueba flagrante. Al leerla, el cardenal y teólogo alemán Walter Kasper, quien desde hace décadas es el partidario más aguerrido de la comunión a los divorciados que se han vuelto a casar, no tuvo dudas: los reformistas como él, declaró en forma exultante, tienen ahora "viento en popa para resolver esas situaciones en una forma humana".

Pero otro cardenal teólogo connacional, Gerhard Müller, leyó lo contrario. Ha dicho que no hay nada, en la "Amoris laetitia", que derroque el magisterio sempiterno de la Iglesia, el cual prohíbe esa comunión. Müller no es un cualquiera, es el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, es decir, la instancia suprema de control de la doctrina.

Pero el que cree en este punto que Francisco debe decir con claridad de parte de quien está, ciertamente resultaría decepcionado, porque en el interín el Papa promovió un tercer cardenal, el austríaco Christoph Schönborn, como máximo intérprete de su confianza para la exhortación post-sinodal. Es un cargo que Schönborn está desempeñando a la perfección, con explicaciones al estilo Bergoglio, con interpretaciones totalmente nuevas, sobre el límite ambiguo entre la doctrina considerada inmutable y las aplicaciones pastorales que deben ser nuevas y mutables.

No a las puertas cerradas, no a las revoluciones. Pero la tercera vía ideada por Francisco no es en absoluto inmovilizadora. Todo lo contrario.

Al poner en discusión lo que antes de él aparecía como definitivo ha abierto un proceso que concede igualdad de ciudadanía a las opiniones más irreconciliables, y en consecuencia también concede más acceso a los reformistas.

Quizás el ejemplo insuperado de esta invención suya lo dio Bergoglio el pasado mes de febrero, cuando fue a visitar a la Iglesia luterana en Roma (ver foto).

Una protestante casada con un católico le preguntó si podía también ella recibir la comunión, junto con su esposo. Él le respondió vertiginosamente con un sí, un no y no sé, lo cual dejó entrever, al final, cuál conclusión extraer, si no ésta: "Es un problema al que cada uno debe responder".

Inútilmente el cardenal Müller, en los días posteriores, se esforzó en poner de manifiesto sobre este punto que la doctrina de la Iglesia no había cambiado. Porque ciertamente el Papa la ha tornado opinable, en primer lugar él, con su decir, desdecir y contradecir.

Ofrecen una hermosa resistencia los obispos y cardenales de África, o los de Europa oriental, o los de la escuela de Wojtyla y Ratzinger. El cardenal Kasper ha comprendido muy bien cómo están las cosas ahora: "Hay libertad para todos. En Alemania se puede permitir lo que en África está prohibido".

Con el papa Bergoglio avanza un nuevo modelo de Iglesia, líquida, multicultural.


Sandro Magister

Amoris Laetitia contiene graves errores doctrinales y debe de ser repudiada (Vídeo)

Tomado de Gloria TV

Duración 2:26 minutos



Matthews McCuker

Francisco se abre a la posibilidad del diaconado femenino



Tomado del Blog de Stat Veritas. Noticia vista en Secretum Mihi Meum. Si se leen los originales se verán que el tema está relatado por diversas fuentes de información que, lógicamente, vienen a decir lo mismo, de modo que tomaré sólo una de ellas para no ser repetitivo (señalando si hay algún cambio o adición en la información del resto de medios informativos)


Ciudad del Vaticano, 12 may (EFE).

- El papa Francisco anunció hoy su intención de crear una comisión que estudie la posibilidad de que también las mujeres puedan ser diáconas.

"Es una posibilidad a día de hoy", respondió Francisco a la pregunta de una religiosa durante la audiencia que concedió a la Unión Internacional de las Superiores Generales.

El diaconado es el grado de consagración anterior al del sacerdocio y en el que se pueden administrar algunos sacramentos, como el bautismo y el matrimonio, que actualmente sólo pueden recibirlo los hombres.

Ante las 900 superiores generales de varios institutos y congregaciones religiosas reunidas hoy en esta audiencia, Francisco mostró su disposición por primera vez a que también haya mujeres diáconas.

A la pregunta de una de ellas de por qué no instituir una comisión oficial que estudie esta posibilidad, Francisco explicó que hace tiempo comentó con un "sabio profesor" el tema de las "diáconas en los primeros siglos de la Iglesia, pero no se sabía realmente qué papel desarrollaban y, sobre todo, si habían sido ordenadas o no".

"¿En cuanto a crear una comisión oficial que pueda estudiar la cuestión?, creo que sí. Sería hacer el bien de la Iglesia y aclarar este punto. Estoy de acuerdo y hablaré para que se pueda realizar algo así. Acepto la propuesta. Me parece algo útil esta comisión que aclare bien las cosas".

Esta posibilidad ya había surgido durante el Sínodo de los obispos del pasado octubre de 2015, cuando el arzobispo canadiense Paul-André Durocher, durante su intervención, propuso al resto de obispos la posibilidad de estudiar que también las mujeres pudieran ordenarse como diáconas.

Según el concilio Vaticano II, las funciones litúrgicas y pastorales del diácono son: "administrar solemnemente el bautismo, reservar y distribuir la Eucaristía, asistir al matrimonio y bendecirlo en nombre de la Iglesia,  llevar el viático a los moribundos y leer la sagrada Escritura a los fieles".

También figuran las funciones de "instruir y exhortar al pueblo, presidir el culto y oración de los fieles, administrar los sacramentales (y) presidir el rito de los funerales y sepultura".
El diaconado se consideró durante mucho tiempo como una etapa hacia el sacerdocio, pero el concilio Vaticano II restableció el diaconado permanente, accesible a hombres casados, que asisten a los curas o los sustituyen en algunas ceremonias.

En la Iglesia, los diáconos pueden pronunciar el sermón durante la misa y oficiar bautizos, bodas y funerales. En cambio, los curas son los únicos que pueden celebrar la eucaristía o confesar a los fieles.


El pontífice argentino descartó que las mujeres puedan ser curas, explicando que sus predecesores, en particular Juan Pablo II, ya habían examinado atentamente esa propuesta antes de rechazarla.

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Actualización May-12-2016 (16:50)

Interrogado sobre el tema, el portavoz del Vaticano, padre Federico Lombardi, no quiso confirmar la noticia hasta que consulte directamente al Pontífice.


NOTA: Con relación a este tema de las diaconisas se puede leer el artículo de Religión en libertad del 13 de Mayo pinchando aquí. También hay un artículo en Infocatólica de una entrevista realizada al hoy Cardenal Müller, en la que también se habla de este asunto.