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viernes, 4 de marzo de 2016

Pablo Iglesias, sumo sacerdote (Francisco Segarra)


Tomo prestado un trozo de un artículo de Francisco Segarra, de Actual, titulado "Podemos no hace política, hace teología". Muy interesante.

Pablo Iglesias e Íñigo Errejón celebran los resultados la noche del 20-D/Fuente:EFE

¿Qué hace Podemos como partido neomarxista? Eliminar todo espacio que no se rinda ante sus dogmas. Siguiendo a Gramsci, el espacio cultural es el primero que hay que eliminar, por conquista: vaciarlo de libertad para llenarlo de consignas. El sistema liberal moderno hace lo propio al llenar el espacio de un relativismo que ahoga la libertad. El liberalismo moderno es hijo del marxismo, naturalmente.

Por lo tanto, Podemos tiene que enfrentar su fe en el comunismo marxista no a cualquier otra fe, sino solo a aquella que facilita y potencia el ejercicio práctico de la libertad real. La simpatía Islam-izquierda no es “contra natura” sino muy coherente: ambos necesitan ahogar el espacio de la libertad que ha abierto el Cristianismo, como ya ha quedado demostrado [léase artículo].

¿Es concebible un líder comunista que calle cuando le pregunten sobre su verdad? ¿Es concebible un líder musulmán que calle cuando le pregunten lo mismo? No, es imposible. Y cuanto más hablen, más cerrarán el espacio de la libertad. Por eso habla tanto Pablo Iglesias: fíjense en su tono mesiánico.

Y por eso Podemos tiene que hacer teología: porque tiene que ahogar toda manifestación de libertad, sea una Procesión de Semana Santa o el rezo del Padrenuestro. La sátira es un método muy agresivo de opresión intelectual.

Ellos sí creen que la Verdad, o sea, Cristo, nos hace libres. Por eso quieren deshacerse de Él, otra vez. Y tantas veces cuantas perciban un aliento de vida en sus seguidores. Un solo cristiano es una semilla de libertad y debe morir.

Podemos hace teología y el neocapitalismo también. Porque, si quieren que les diga la verdad, nada elimina tanto el espacio de la libertad como el ídolo del dinero.

Hollywood lo sabe. Y por eso, mientras unos quieren crucificar la Semana Santa, otros crucifican a la Iglesia desde el cine. Son, éstos últimos, literalmente, los mismos que lo hicieron hace dos mil años. Ya me entienden.


Francisco Segarra