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jueves, 11 de febrero de 2016

CONDENA DE LOS ERRORES DE MARTÍN LUTERO


"Exsurge Domine" (en latín, "Levántate, Señor") es una bula papal hecha pública el 15 de junio de 1520 por el papa León X, como respuesta a las enseñanzas de Martín Lutero. 
En la Biblioteca Vaticana se conserva una copia de ella. Ya que Lutero se negó a cumplir la orden del Papa, León X firmó la bula "Decet Romanum Pontificem" el 3 de enero de1521, excomulgándole


Hoy en día que tanto se habla de "acercamiento" a los llamados "hermanos separados" sería bueno releer algo de esta bula del papa León X, para que nos hagamos una idea de quién fue Lutero, en realidad. No nos llamemos a engaño.

Sería bueno que quienes rodean al papa Francisco se la releyeran al completo, a fin de evitar esas "sorpresas de Dios" que parece que se ciernen en el horizonte con respecto a nuestros "hermanos" luteranos. Coloco entre comillas la palabra "hermanos" porque utilizada en este contexto, referida a los protestantes, es una incorrección del lenguaje, al no conforme a lo real. No puede haber lazos de fraternidad, rectamente entendida, entre quienes rechazan, por ejemplo, la presencia real de Cristo en la Eucaristía, como es el caso de los protestantes, y quienes la aceptan plenamente, como es el caso de los católicos. 

Esto por poner sólo un ejemplo, el que me parece más destacado y significativo ... puesto que hay muchas más diferencias entre católicos y protestantes. Y de lo que se trataría, en un auténtico "ecumenismo" católico, es de tender una mano a los protestantes para que vuelvan de nuevo al redil. Y así se vaya haciendo realidad el deseo de Jesús de que "todos sean uno", refiriéndose a cuantos creen en Él. La interpretación correcta de las Sagradas Escrituras les debería de llevar a acercarse a la única verdadera Iglesia, que es la Iglesia Católica; tal fue la voluntad de su Fundador, pues esa es la razón de ser de un ecumenismo que lo sea de verdad, a saber, un rechazo de todo lo que separa de Jesucristo y un abrirse a la Verdad, reconociendo la autoridad del Papado como Institución de origen divino, fundada por el mismo Señor ... 

... ¡Pero mucho me temo que los tiros van en otra dirección como puede leerse en la siguiente nota de Prensa de la Santa Sede, en la que se anuncia un viaje del Papa a Suecia en Octubre!:

Su Santidad Francisco tiene la intención de participar en una ceremonia conjunta entre la Iglesia Católica y la Federación Luterana Mundial para conmemorar el 500° aniversario de la Reforma, en programa en Lund, Suecia, el 31 de octubre de 2016. (...)  Esa conmemoración, en vista del 500 aniversario de la Reforma de Lutero, en 2017, resaltará los sólidos progresos ecuménicos entre católicos y luteranos y los dones recíprocos surgidos del diálogo. Del evento forma parte una celebración común basada en la guía litúrgica católico-luterana ”Common Prayer” publicada recientemente (...) Oración Común elaborada conjuntamente, que es una guía litúrgica para ayudar a las iglesias a conmemorar juntas el aniversario de la Reforma. 

Ignoro qué es lo que hay que celebrar, puesto que la Reforma Protestante fue uno de los mayores males que surgieron en el seno de la Iglesia (pinchar aquí y aquí) y que dio lugar a infinidad de sectas protestantes, sin una autoridad común. 

Y no deja de llamar la atención que dicha "ceremonia" sea el 31 de octubre de este mismo año de 2016, justo un año antes de que se cumplan 500 años desde el  famoso "Día de la Reforma" (31 de octubre de 1517) en el que el monje agustino Martín Lutero clavó su propuesta en las puertas de la Iglesia de Wittenberg (Alemania) conocida como las 95 tesis, 41 de las cuales fueron condenadas por el santo Padre León X en su bula "Exurge, Domine" el 15 de junio de 1520. Lutero quemó la bula el 10 de diciembre de 1520, a las diez de la mañana, ante la Puerta de la Urraca de Wittenberg, lo que condujo al Pontífice a excomugarlo; y así lo hizo en su bula Decet Romanum Pontificem el 3 de enero de 1521. 

A continuación se puede leer parte del contenido de esta bula. Son palabras del papa León X. Para leer el contenido completo hacer clic aquí

Bula "Exurge, Domine" (primera página)

Debido a los precedentes errores y otros muchos contenidos en los libros escritos y en los sermones de Martín Lutero, Nos condenamos, reprobamos y rechazamos completamente todos los libros, escritos y sermones del citado Martín, que contengan dichos errores o cualquiera de ellos, ya sean en Latín, ya sean en cualquier otra lengua; y deseamos que sean considerados como totalmente condenados, reprobados y rechazados. Prohibimos a todos los fieles de ambos sexos, en nombre de la santa obediencia y bajo las penas mencionadas en las que incurrirán inmediatamente, por leerlos, apoyarlos, predicarlos, alabarlos, imprimirlos, publicarlos o defenderlos. Incurrirán en estas penas quienes osaren a apoyarlos de cualquier manera, personalmente o a través de quien quiera que sea, directa o indirectamente, tácita o explícitamente, pública u ocultamente, ya sea en sus casas o en otros lugares públicos o privados.

De hecho, e inmediatamente después de la publicación de esta carta, todas estas obras deberán ser buscadas cuidadosamente donde puedan encontrarse por los ordinarios y otros (eclesiásticos y regulares), y deberán ser quemadas pública y solemnemente en presencia de los clérigos y del pueblo bajo todas y cada una de las penas anteriores.

En cuanto se refiere al propio Martín, oh buen Dios, ¿en qué nos descuidamos o qué dejamos de hacer? ¿Qué caridad paternal hemos omitido para que no podamos hacerle retroceder de tales errores? Ya que, después de haberlo llamado, le urgimos, mediante varias tratados, con nuestro legado y a través de nuestras cartas personales, a abandonar estos errores.

Pues hasta le ofrecimos salvoconducto y el dinero necesario para su viaje, y a venir sin miedo o desconfianza de cualquier especie, que serían refutadas con toda caridad, y no hablaría en secreto, sino abiertamente y cara a cara, según los ejemplos de nuestro Salvador y del apóstol Pablo. Si lo hubiera hecho, estamos seguros de que él podría haber cambiado su corazón y podría haber reconocido sus errores. Él no habría encontrado todos estos errores en la Curia Romana que tan mal atacó, asignándola más de lo que debía, debido en parte a los rumores vacíos de hombres perversos. Podríamos haberle mostrado, más claramente que la misma luz del día, que los Pontífices Romanos, nuestros predecesores, a los que atacó injuriosamente más allá de toda decencia, nunca se equivocaron en sus leyes o constituciones, las cuales trató de censurar. Porque, de acuerdo con el profeta, ni falta aceite saludable ni el médico en Galaad.

Pero él siempre se negó a escucharnos y, haciendo caso omiso a la notificación previa y en cada una y todas las aberturas, no se dignó a venir a Nos. Hasta ahora ha permanecido contumaz. Con el espíritu endurecido, continuó bajo censura por más de un año.

Y lo que es peor, al añadir mal sobre mal, cuando tomando conocimiento de la citación, rompió temerariamente con cualquier llamamiento a un futuro concilio. Este querer estar seguro es contrario a la constitución de Pío II y Julio II, nuestros predecesores, por la cual todos los que apelasen de esta manera, deberían ser castigados con las penas correspondientes para los herejes. En vano suplicará la ayuda de un concilio, ya que abiertamente admite que no cree en el concilio.

Ya que por el contrario, siendo alguien con una fe notablemente sospechosa y siendo, de hecho, un auténtico hereje, podemos proceder, sin ningún otro llamamiento o retraso, con su condenación y damnación como hereje, con todas y cada una de las penas y censuras arriba mencionadas.

Sin embargo, siguiendo el consejo de nuestros hermanos, e imitando la misericordia del Dios Todopoderoso que no quiere la muerte del pecador sino que este se convierta y viva, y olvidando todas las injurias hechas a Nos y a la Sede Apostólica, decidimos usar de toda la compasión de que somos capaces. Es nuestra esperanza, tanta como podamos tener, el que él pase por un cambio interior tomando el camino de la mansedumbre que le propusimos, para que vuelva y se aleje de sus errores. Lo recibiremos benignamente como al hijo pródigo que regresa para abrazar a la Iglesia.

Por lo tanto, le hacemos saber al propio Martín y a todos aquellos que se han adherido a él, y todos aquellos que lo cobijan y apoyan, por intercesión del Corazón lleno de misericordia de nuestro Dios, y la aspersión de la sangre de nuestro Señor Jesucristo, por la cual y a través de la cual se llevó a cabo la redención del género humano y la edificación de la Santa Madre Iglesia, que exhortamos y suplicamos de todo corazón para que deje de perturbar la paz, la unidad y la verdad de la Iglesia por la cual el Salvador oró tan insistentemente al Padre. Que él se pueda alejar de sus perniciosos errores, para que pueda volver a Nos. Si quieren realmente obedecer, y nos certifican mediante legítimo documento que obedecieron, encontrarán en Nos el afecto caritativo de un padre, y la fuente de la mansedumbre y de la clemencia abierta.

Ordenamos a Martín para que a partir de ahora desista de toda predicación y que cese absolutamente en su oficio de predicador, mientras esto no ocurra…


José Martí

Sobre Martín Lutero hay algo escrito ya en este blog. Pinchar aquí y aquí