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martes, 19 de enero de 2016

¿Es posible que tengamos un Papa hereje? (5 de 7)(Juan Andrés de Jorge)



Hay otro asunto relacionado con este tema del sincretismo religioso, que no podemos pasar por alto. Es el que se refiere a la relación entre judíos y cristianos. El 10 de Diciembre de 2015, en el 50 aniversario de la Declaración  Nostra Aetate de Pablo VI, la Comisión para las relaciones religiosas con el Judaísmo escribió un artículo en la página web del Vaticano, titulado "Los dones y la llamada de Dios son irrevocables" (Rom 11, 29) en relación con el artículo 4 de esta Declaración. Dicho escrito lo firmaron el Cardenal Kurt Koch (Presidente), Mons. Brian Farrell (Vicepresidente) y el Padre Norbert J. Hofmann (Secretario).

Cierto que se indica claramente en dicho escrito que no se trata de ningún documento magisterial. No obstante, ni siquiera habría tenido por qué aparecer en la página web del Vaticano pues, además de que es contradictorio, afirmando cosas diferentes en diferentes párrafos, es también causa de confusión en muchos fieles católicos. Y aunque no viene firmado por el papa Francisco, no cabe duda de que ha sido escrito con su aquiescencia. De lo contrario, no se habría publicado.

Para quien esté interesado en este tema concreto he seleccionado algunos artículos que me han parecido bastante rigurosos y que considero de particular interés. Entre ellos el del padre Iraburu, "Judaísmo y Cristianismo" , quien cita a su vez el de Jorge Soley de título "El polémico documento sobre el diálogo entre judíos y cristianos" . De este último señalo tres comentarios, que me han parecido oportunos, uno del propio Iraburu, otro de Luis Fernado Pérez Bustamante, director de Infocatólica y un tercero de Daniel Iglesias, colaborador de Infocatólica. Son éstos:

1. José María Iraburu

Yo creo, Jorge, que cuando das de comer a tus seis hijos no les das comida sana, pero que contiene elementos venenosos, aunque les avises: "cuidado con estos puntitos rojos y apartadlos: son veneno". Papá y mamá dais de comer a vuestros hijos sólo, única y exclusivamente alimentos sanos.


Los diversos organismos de la Iglesia, en este caso una Comisión presidida por el Card. Koch, difunden oficialmente un documento en el que hay grandes verdades de la fe, pero también enormes errores contra ella; aunque en otros puntos sean contradichos. Este proceder me parece reprobable y, desde luego, ajeno a la Tradición de la Iglesia, que siempre ha procurado en los documentos que difunde decir solamente verdades católicas, sin mezcla de herejías. O si menciona éstas, únicamente es para rechazarlas.


De otro modo es previsible que, aunque no sea ésa la intención, [¿o tal vez sí? Este comentario es mío] "de hecho" se difunde no poca confusión entre los fieles y se confirma a los católicos que están en ciertos errores.


2. Luis Fernando

En mi opinión el texto no solo no es magisterial, cosa evidente. Además es herético. Pero solo es mi opinión, ¿ok? Total, como vale todo, pues opino lo que me parece oportuno.


3. Daniel Iglesias

Este documento es muy malo porque contradice o pone en duda, en no pocos puntos, la doctrina católica; y porque, además, se contradice a sí mismo de un modo evidente. Es penoso que de la Santa Sede haya salido un documento así, aunque no tenga valor magisterial.

De Cristóbal Orrego, autor del blog "el Santo Oficio" podemos citar estas dos entradas:

- El dilema de un Santo Oficio particular (frente al escándalo que ya se ha producido, la clara afirmación de su antídoto es el Magisterio de la Iglesia)

- Declaración del "Santo Oficio" [Blog] acerca de un escrito sobre los judíos  Según este bloguero, que se apellida "el Santo Oficio", deberían de quemarse todas las copias de dicho documento, retirarlo del sitio web del Vaticano e inscribirlo en el Índice de Libros Prohibidos (aunque escrito en forma irónica está diciendo una verdad como un templo)



Como sabemos, puesto que ha salido en todos los medios de comunicación, el Papa Francisco visitó este domingo pasado, 17 de enero, la sinagoga de Roma. Escribo sólo un párrafo del ABC :

Francisco tenía pendiente desde hace más de un año esta invitación para visitar la sinagoga de Roma. En su discurso, ha repasado lo sucedido entre judíos y cristianos en los últimos 50 años, -desde la declaración Nostra Aetate-, en los que «entre nosotros ha crecido y se ha hecho más profunda la comprensión recíproca, la confianza mutua y la amistad». Como ha repetido el Papa, «de enemigos y extraños hemos pasado a ser amigos y hermanos. Los cristianos, para comprenderse a sí mismos, no pueden no hacer referencia a las raíces judías. Y la Iglesia, al profesar la salvación a través de la fe en Cristo, reconoce la irrevocabilidad de la Antigua Alianza y el amor constante y fiel de Dios por Israel». Esta frase ha arrancado los aplausos de centenares de personas que han participado en el encuentro.

Todo esto, en principio, está muy bien. El problema reside en que se hace sólo hincapié en las raíces judías del cristianismo, pero no se alude al hecho de que en Cristo se han hecho realidad todas las profecías que en el Antiguo Testamento hablan del Mesías. Si un cristiano se quedara sólo en la Antigua Alianza, entonces, sencillamente, no sería cristiano. Una vez que vino Jesucristo, que era judío, y manifestó en su propia Persona que Él era el Mesías esperado, es preciso que la Antigua Alianza ceda lugar a la Nueva Alianza: "Lo antiguo pasó; todo se ha hecho nuevo" (2 Cor 5, 17). Lo dijo el mismo Jesucristo: "No penséis que he venido a abolir la Ley o los Profetas; no he venido a abolirla, sino a darle su cumplimiento" (Mt 5, 17). En Tesalónica, Pablo "discutió con los judíos sobre las Escrituras, mostrando y probando que Cristo debía padecer y resucitar de entre los muertos; y decía: "Éste es el Cristo, Jesús, a quien yo os anuncio" (Hech 17, 3). Muchos de ellos creyeron y se convirtieron (Hech 17, 4.12), pero otros alborotaron a la gente y los persiguieron.


El mandato de Jesús: "Id y enseñad a todas las gentes (...) enseñándoles a guardar todo lo que Yo os he mandado" (t 28, 19-20) , este mandato -digo- vale también para los judíos. Y, sin embargo, en el documento que salió el 10 de diciembre en la página web del vaticano dice, en el punto 40:

La Iglesia se ve así obligada a considerar la evangelización en relación a los Judíos, que creen en un sólo Dios, con unos parámetros diferentes a los que adopta para el trato con las gentes de otras religiones y concepciones del mundo. En la práctica esto significa que la Iglesia Católica no actúa ni sostiene ninguna misión institucional específica dirigida a los Judíos. Pero, aunque se rechace en principio una misión institucional hacia los Judíos, los Cristianos están llamados a dar testimonio de su fe en Jesucristo también a los Judíos, aunque deben hacerlo de un modo humilde y cuidadoso, reconociendo que los Judíos son también portadores de la Palabra de Dios.


El texto es ambiguo y contradictorio. Cuando acaba uno de leerlo se queda con la impresión de que ya no sabe si deben de ser o no deben de ser evangelizados los judíos, puesto que si un cristiano está llamado a dar testimonio de su fe en Jesucristo también a los judíos, ¿qué es eso sino evangelizar? ... cuando anteriormente se habla de que no hay una misión institucional específica dirigida a los judíos. No queda muy claro todo esto. Como digo, el que esté muy interesado en este tema tiene en este post algunos enlaces bastante buenos para introducirse en dicho estudio. Por supuesto, y en todos los casos, además de los ya indicados, está el Denzinger-Bergoglio. No insistiré más en este punto.


Pero no quiero finalizar esta entrada sin hacer referencia a un artículo de Secretum meum mihi, del 15 de enero de 2016, titulado "Judíos pedirán el domingo a Francisco que los católicos abandonen la oración por su conversión". Éste es el texto al que nos referimos:



Según leemos en Il Messaggero, Ene-16-2016, pág 14, el rabino jefe de Roma, Riccardo Di Segni, pedirá el Domingo [día17] a Francisco, con ocasión de la programada visita de este último a la sinagoga de Roma [que ya ha tenido lugar], que definitivamente se abandone la oración por la conversión de los Judíos del Viernes Santo. Para combatir un cierto sentimiento antijudío que, presuntamente, todavía subsiste en la Iglesia, no solamente entre los tradicionalistas y lefebrianos, y animado por la reciente publicación del documento de la Comisión para las Relaciones Religiosas con el Judaísmo, "Los dones y la Llamada de Dios son Irrevocables", di Segni señala: "Eso que está sucediendo sobre todo demuestra que los documentos, el último de los cuales publicado el año pasado, no han sido todavía recibidos en modo uniforme. Tal vez se trata de divulgarlos en el modo mejor, para hacerlos llegar también a las zonas periféricas". La oración a la que se refiere di Segni es aquella compuesta por Benedicto XVI en 2008 y que sólo se utiliza en la la Liturgia del Viernes Santo según la Forma Extraordinaria del rito latino, y que dice: "Que el Señor, Dios nuestro, ilumine sus corazones para que reconozcan a Jesucristo, Salvador de todos los hombres". 

No quieren que los cristianos pidamos por su conversión. Y, sin embargo, según se lee en los Hechos de los Apóstoles, Pedro y Juan respondieron a los miembros del Sanedrín, cuando éstos les conminaron para que no hablaran a nadie más en el Nombre de Jesús: "Juzgad vosotros si es justo, delante de Dios, obedeceros a vosotros más que a Dios. Pues nosotros no podemos dejar de anunciar lo que hemos visto y oído" (Hech 4, 20). ¿A quién le hacemos caso?

(Continuará)