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martes, 13 de octubre de 2015

Los más profundos, aunque desapercibidos, problemas del Sínodo (Juan Andrés de Jorge; Alfonso Gálvez)


En las dos últimas homilías del padre Alfonso Gálvez, que versan sobre la verdad acerca del Sínodo y acerca de una campaña, se aborda un aspecto del Sínodo que es esencial y que, sin embargo, está pasando desapercibido. El padre Juan Andrés de Jorge escribe un artículo en Adelante la Fe que viene a ser un resumen de esas charlas y que, dado su interés y su actualidad, coloco también en este blog. 


Dos charlas del Padre Gálvez sobre el Sínodo sobre la Familia que actualmente se celebra en Roma (links: aquí y aquí y), abordan la problemática que suscita del modo más profundo que he visto hasta el momento.
Conviene notar, a este respecto, que con frecuencia, los artículos críticos sobre la mencionada Asamblea episcopal se han dedicado o bien a la preocupación en relación al proceso que podríamos denominar “político eclesial’’ sobre su organización, manipulación más o menos abierta y dirección del mismo; o bien, desde el punto de vista teológico, a los problemas que se pueden suscitar en áreas fundamentales de nuestra fe. En particular:

- En la teología sacramental: sobre el matrimonio, la familia, los sacramentos, la eucaristía, reconciliación, etc.
- En sus consecuencias en la teología moral: admisión o no a la comunión de pecadores sin cambio de vida; aceptación de uniones irregulares, etc.
- En sus efectos eclesiológicos y canónicos: alcance de la infalibilidad pontificia, sinodalidad o primado, cambio de procesos canónico-matrimoniales, etc.

El Padre Gálvez en cambio, va a las raíces más profundas de lo que está en juego en este momento y que hace que, según sus palabras, nos encontremos ante la crisis más grave de toda la Historia de la Iglesia. El autor, reconociendo las críticas mencionadas, presenta -desde mi punto de vista- varios gravísimos aspectos sobre el Sínodo que suelen pasar desapercibidos ... que han sido cuidadosa e inteligentemente planeados y que constituyen su mayor peligro para el momento actual y futuro del Catolicismo. A saber:

- En el fondo se está llevando a cabo un ataque contra la Persona de Cristo, su divinidad y en suma, contra la realidad de Dios, cuyo ser y normas pueden ser discutidos o transformados al gusto del hombre. El hombre decide ignorar o manipular la realidad de Dios y de sus leyes.

- Estamos ante una manifestación muy clara del giro antropocéntrico de la llamada Nueva Iglesia, con olvido de teocentrismo: Dios y la Iglesia están al servicio del hombre y de sus deseos y pensamientos, y no al revés.


- Es la victoria de la teología y metodología Neo-Modernistas, asentadas sobre tres principios que acaban corrompiendo toda la fe católica (cfr. S. Pio X: el modernismo como compendio de todas las herejías). Y en particular:

· El principio del historicismo, según el cual, no hay verdades inmutables y eternas, sino que dependen del momento histórico en el que se piensan y viven. Lo que antes fue verdad, ahora puede no serlo, o tener otro alcance diferente según las circunstancias.

· El principio de las realidades de la vida como criterio teológico para interpretar la Palabra de Dios. En un proceso “inductivo’’ se parte de lo que el mundo y la sociedad vive o desea, para desde ahí adecuar —y en su caso cambiar— la fe y la moral católicas, rechazando el modo correcto de actuar de tipo “deductivo’’, que pone como premisa primera de todo razonamiento la Revelación y el Magisterio auténtico, para desde ahí enjuiciar el actuar del hombre y de la Sociedad.


. El uso inteligente de los silencios intencionados de algunos aspectos de la fe, unido a la ambigüedad de las declaraciones y formulaciones donde se evita con mucho cuidado afirmar claramente algo que suene a herejía pero que, debido a su falta de definición clara, puede llegar a ser interpretado en sentido heterodoxo en el futuro, constituyendo nuevas “bombas de relojería’’ para la teología católica, como ya ocurrió con algunas de las declaraciones del Concilio Vaticano II y documentos posteriores.

Padre Juan A. de Jorge García-Reyes