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martes, 11 de agosto de 2015

IRAK: Persecución y odio contra los cristianos (Hispanidad: Rafael Esparza)


Un nuevo artículo de Hispanidad que trata sobre la persecución y el odio contra los cristianos, por el simple hecho de serlo, ante la pasividad de todos los gobiernos de un mundo mundial que tan solidario se muestra en la defensa de los lobby gay y abortistas, prueba inequívoca de la farsa política en la que vivimos. Pincha aquí  si quieres leerlo en el original.

Cristianos perseguidos huyendo de Irak

Estremecedor testimonio del arzobispo de Erbil, en el Kurdistán iraquí, que atiende a miles de refugiados que huyen del Estado Islámico.
  • Monseñor Warda advierte a los fieles que corren un “verdadero riesgo para la supervivencia como pueblo”.
  • Pide que se intensifique una campaña que sensibilice a la comunidad internacional sobre la frágil situación de las comunidades cristianas en Irak.
“Somos odiados porque persistimos en querer vivir como cristianos. En otras palabras, somos odiados porque insistimos en exigir un derecho humano fundamental”. Así denuncia el arzobispo de Erbil, capital de la región autónoma kurda de Irak, monseñor Bashar Matti Warda, la terrible situación que está atravesando la Iglesia en ese país por la amenaza constante del Estado Islámico. Y esa amenaza, a su vez, pone a prueba la propia existencia de los cristianos en esa zona.

El testimonio del arzobispo, llegado a través de la agencia
Fides, es estremecedor. Ante la situación de odio, los sacerdotes no ocultan desde el púlpito “el verdadero riesgo para nuestra supervivencia como pueblo”.

Miles de familias han abandonado el país desde la proclamación del califato yihadista, en verano de 2014, y algunos han sido acogidos en distintos país, pero otros muchos esperan ayuda de todo tipo (militar y humanitaria). Residen en Jordania, Líbano o Turquía, y su futuro depende una llamada por teléfono que no llega.

“No puedo dejar de repetir hasta el cansancio que nuestro bienestar, como una comunidad histórica, ya no está en nuestras manos”, dice Bashar Matti Warda.

El arzobispo explica también la situación en la que viven los cristianos en la ciudad kurda de Erbil. “A través del apoyo de la gente buena, les hemos  proporcionamos las necesidades básicas de subsistencia, hemos hecho refugios en los jardines de las iglesias y en los salones, en las aulas de catequesis, en las escuelas públicas, en carpas, hasta en edificios incompletos, y en casas alquiladas, donde hemos tenido que acomodar algunas veces hasta 20 o 30 personas por cada casa”.

El prelado explica también la apertura de centros médicos para atender a gratuitamente a los refugiados. También de asistencia psicológica “para responder a las necesidades de muchos que han sido marcados profundamente por la crisis”.

Finalmente, monseñor Warda agradece la ayuda que llega a su país, apela a la responsabilidad de todos los cristianos para rezar por ellos y ayudarles, y pide que se intensifique una campaña que sensibilice a la comunidad internacional sobre la condición de fragilidad en la viven las comunidades cristianas en Irak.

Rafael Esparza
rafael@hispanidad.com

Añado, como complemento, un vídeo de 1:30 min que nos pone en contacto directo con esta realidad de los cristianos cuyo único delito es querer seguir siendo cristianos y vivir como tales: ¡un grave delito éste!. Verdaderamente, el mundo se está insensibilizado para lo bueno y apoyando, en cambio, lo perverso. Estamos en una situación de auténtica locura, inexplicable si no fuera por la existencia real del Maligno, a quien Jesús llamaba (porque lo es) el Príncipe de este mundo. Por eso se defiende lo indefendible, como el derecho al aborto y el "matrimonio" homosexual, entre otras muchas más cosas.

El hombre ha decidido que Dios no existe y si existe algún dios ése es él mismo: gravísimo pecado de soberbia, que fue también el pecado de Adán. Y no le demos más vueltas. Ésta -y no otra- es la raíz y el meollo de todos los grandes problemas que asolan a la humanidad; no es tanto que haya hombres que pecan. Siempre los ha habido y los habrá. No, el "problema" es el hombre pecador que no se arrepiente de su pecado ni lo reconoce como tal, sino que lo sublima, lo magnifica y lo transforma en algo deseable y "bueno". El hombre moderno "piensa" así haberse deshecho de Dios y haberlo relegado al olvido. Y desde luego, hace todo lo habido y por haber para que así sea. ¡Pues es una auténtica pena, para quien así piensa y actúa; es un insensato, porque de Dios nadie se burla! (cfr Gal 6,7) y si no, al tiempo (¡y éste es breve!). 


Sí, Dios es infinitamente Misericordioso ... pero es también infinitamente Justo. No debemos olvidarlo: es ambas cosas, que en Él son una y la misma cosa, pues Dios es simplicísimo ... Puede ocurrir, sin embargo, y esto es hoy lo más normal del mundo, que la gente se centre sólo en la Misericordia [y, además del modo en que suele entenderla, como que todos se van a salvar, lo que no coincide con la idea que Dios tiene sobre la misericordia]. 

Sería un craso error, con gravísimas consecuencias, olvidarse de la Justicia divina, pues "lo que el hombre siembre eso mismo cosechará" (Gal 6, 7b). Esto no lo digo yo: es Palabra de Dios. Es el Espíritu Santo quien habla a nuestro corazón a través de esas palabras. Y de ahí viene la importancia fundamental de que nos convirtamos y nos arrepintamos de nuestros pecados ... ¡de lo contrario, la salvación deviene en algo imposible!

Sobre el tema de la Justicia y la Misericordia en Dios ya se ha hablado en este blog; por ejemplo aquí y aquí.