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viernes, 24 de julio de 2015

Último día de viaje del Papa en Paraguay (1 de 3) SOLIDARIDAD vs CARIDAD


El Papa Francisco inició el último día de su viaje a Paraguay el 12 de Julio de 2015, visitando el barrio de Bañados Norte, uno de los más pobres de Asunción, ubicado a orillas del río Paraguay, donde viven en torno a las 100.000 personas. Fue en la capilla de la Sagrada Familia donde dijo -entre otras cosas: 




«Por más Misa de los domingos, si no tienes un corazón solidario, si no sabes lo que pasa en tu pueblo, tu fe es muy débil o es enferma o está muerta (...) La fe, sin solidaridad es una fe sin Cristo, es una fe sin Dios, es una fe sin hermanos»

Me ha llamado la atención el uso de la palabra solidaridad y el modo en el que es empleado por el Papa. Buscando en el Nuevo Testamento he podido leer lo siguiente: "La fe, si no tiene obras, es una fe verdaderamente muerta" (Sant 2, 17) e "ineficaz" (Sant 2, 20), de modo que "por las obras la fe alcanza su perfección" (Sant 2, 22). No cabe duda, por lo tanto, de que "la fe, sin obras está muerta" (Sant 2, 26).

Comparando las palabras del Papa con lo que dice el apóstol Santiago en el Nuevo Testamento, me he planteado una pregunta, a la que quisiera dar algún tipo de contestación, en esta entrada:

¿Es lo mismo fe sin solidaridad que fe sin obras?

- Analizo primero lo que se entiende por obras en sentido bíblico. 

Cuando los judíos le dijeron a Jesús: "¿Qué haremos para realizar la obra de Dios?", Jesús les respondió: "Ésta es la obra de Dios: que creáis en Aquél a quien Él ha enviado" (Jn 6, 28-29). Y para que se vea con claridad que esta fe en Jesucristo no es una mera teoría sin conexión con la realidad, decía Jesús a los judíos que habían creído en Él: "Si permanecéis en mi Palabra, seréis en verdad discípulos míos, conoceréis la Verdad y la Verdad os hará libres" (Jn 8, 32).


Pero, ¿qué es permanecer en la Palabra de Dios, que es Jesucristo, para poder ser discípulos suyos? Sea lo que fuere, de lo que no cabe duda es de que es imposible ser discípulo de Jesús, si no se le ama: "Si alguno quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame. Pues quien quiera salvar su vida la perderá; pero quien pierda su vida por Mí la salvará" (Mt 16, 24-25). ¡Y nadie estaría dispuesto a perder la vida por otro si no lo ama! 


El que ama a otro quiere estar con él aunque esto suponga renuncias a los propios proyectos. Esto es tanto mas cierto cuando ese Alguien a quien se ama es Jesucristo. El amor no puede quedarse en palabras. Supone sacrificio y supone cruz, como la otra cara de la moneda que sirve como regla para comprobar que la moneda es auténtica; o sea, si el amor es auténtico.


Por otra parte, Jesucristo no se deja vencer en generosidad: "Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre lo amará y vendremos a él y haremos morada en él" (Jn 14, 23).


No podemos olvidar estas cosas y seguir llamándonos cristianos: "Si me amáis, guardaréis mis mandamientos" (Jn 14, 15). La vida cristiana supone una unidad. Hablar de Dios y no vivir según Dios [esforzarse sinceramente en ello, confiando en la bondad de Dios] es una hipocresía que, por supuesto, no engaña a nadie.


Luego si la obra de Dios es que creamos en Jesucristo; y para ello es preciso permanecer en su Palabra y cumplir sus mandamientos, hasta dar la vida si es necesario, resulta que la obra de Dios es el Amor, entendido éste del único modo que puede ser entendido, si es auténtico; un amor que no puede ser sólo vertical ni sólo horizontal, sino que lo abarca todo, pero su origen, el que da sentido a todo ese movimiento amoroso y lo mantiene, siempre es Dios; no cualquier dios (inventado por el hombre, que no son sino ídolos) sino el Único, el que se manifestó en Jesucristo para poder ser conocido y amado por nosotros, Aquél que es la Verdad y fuera del cual se está en la mentira. Esto es muy importante.

El Amor es la esencia del Cristianismo. "Quien no ama no conoce a Dios, porque Dios es Amor" (1 Jn 4, 8). La única razón por la que debemos amarnos se encuentra en el hecho de que el amor viene de Dios: "Carísimos, amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios; y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios" (1 Jn 4, 7). 

Ese Amor de nosotros a Dios y de Dios a nosotros es el que nos impele a hacer algo por los demás y ayudarles, nos hace ver en los demás a personas, como nosotros, creadas por Dios, y hermanos nuestros, a los que tenemos que llevar a Cristo, si es verdad que los queremos: "Un mandamiento nuevo os doy, que os améis unos a otros; como Yo os he amado, amaos también unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos: si os tenéis amor entre vosotros" (Jn 13, 24-35).


¿Y cómo es el Amor de Jesucristo?: "Sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, como hubiera amado a los suyos, que estaban en el mundo, los amó hasta el fin" (Jn 13, 1). Estas palabras fueron pronunciadas por Jesús en noche de la Última Cena en la que instituyó también, además del Mandamiento del amor fraterno, el Sacerdocio y la Santa Misa


Así nos lo cuenta san Pablo en su primera carta a los Corintios: "Yo recibí del Señor lo que os he transmitido: que el Señor Jesús, la noche en que iba a ser entregado, tomó pan, y dando gracias, lo partió y dijo: 'Esto es mi cuerpo, que se da por vosotros; haced esto en memoria mía'. Y de la misma manera, después de cenar, tomó el cáliz, diciendo: 'Este cáliz es la nueva alianza en mi sangre; cuantas veces lo bebáis, hacedlo en memoria mía'. Porque cada vez que coméis este pan y bebéis este cáliz, anunciáis la muerte del Señor, hasta que venga. Así pues, quien coma el pan o beba el cáliz del Señor indignamente, será reo del cuerpo y de la sangre del Señor. Examínese, por tanto, cada uno a sí mismo, y entonces coma del pan y beba del cáliz; porque el que come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 cor 11, 23-29)


[Aquí puede observarse con claridad que es imposible que un divorciado vuelto a casar, al estar en situación de pecado, reciba la sagrada comunión, sin incurrir en un nuevo pecado de sacrilegio. Otra cosa distinta es que se reconcilie con su mujer, que es la primera y no ninguna otra, y que, arrepentido se acerque al altar a recibir al Señor en la Eucaristía quien está más deseoso que él de su conversión. O bien, que su divorcio sea una separación simple, pero que no esté conviviendo con ninguna otra mujer -u hombre, según el caso- Tal situación ya está contemplada por la Iglesia, y no es pecaminosa]

- ¿Y qué se entiende por solidaridad?

He buscado en los diccionarios y, en todos ellos hace referencia, básicamente, a las relaciones humanas en un proyecto común, pero no pasa de ahí. Por ejemplo:

DRAE:
Solidaridad: Adhesión circunstancial a la causa o a la empresa de otros.


MARÍA MOLINER

Solidaridad: Relación entre las personas que participan con el mismo interés en cierta cosa.
Espíritu de solidaridad: Particularmente, que se sienten unidas en la comunidad humana.
Mostrar solidaridad: Actitud de una persona con respecto a otra u otras cuando pone interés y esfuerzo en una empresa o asunto de ellas: "Firmó la protesta por solidaridad con los compañeros"

Solidaridad no es una palabra que suene conforme al espíritu del Evangelio; no porque se trate de algo malo o condenable, que no lo es (en absoluto) sino porque -simplemente- es una palabra que no aparece en ningún lugar de la Biblia (que a mí me conste) ni tiene su equivalencia exacta en ninguna virtud evangélica.

El papa Francisco dice, sin embargo, que "La fe, sin solidaridad es una fe sin Cristo, es una fe sin Dios, es una fe sin hermanos». En la Biblia no se habla nunca de solidaridad. Sí se habla de caridad ... pero la caridad es muchísimo más que la simple solidaridad humana

Hay todo un himno a la caridad en 1Cor 13, 1-13 que requiere ser meditado en profundidad, cada uno de sus versículos ... nos haría mucho bien. Y se ve que la razón de ser de la caridad es Dios, manifestado en Jesucristo sin el cual nada tendría sentido ...; es más, sin Jesucristo ni siquiera podría darse la más mínima y verdadera solidaridad entre los hombres. Según Tito Maccio Plauto (254 a. C. - 184 a. C.), comediógrafo latino, en su obra cómica Asinaria (Comedia de los asnos) "Lupus est homo homini,es decir, "el hombre es un lobo para el hombre"

La anterior frase fue enunciada doscientos años antes de Cristo y se ha visto confirmada en la Historia miles de veces. La revolución que supuso la venida de Jesucristo al mundo, cambiando los corazones y perdonando los pecados de los que estaban arrepentidos, hizo posible que se dieran situaciones de verdadera y desinteresada 
"solidaridad", aunque hablando con propiedad, y aunque sea sin saberlo, quienes así proceden, están practicando la caridad cristiana (es lo más probable que hayan oído hablar de Jesús y eso les haya influido) 


La caridad es la madre de todas las virtudes, hasta el punto de que si falta la caridad en alguna virtud, esa virtud no es tal virtud, es falsa ... Cuando se habla de "solidaridad" estamos utilizando un concepto que es meramente humano y que no es, en absoluto, equivalente a "caridad"

De ahí que no deja de ser extraña la expresión papal: "La fe. sin solidaridad es una fe sin Cristo, es una fe sin Dios, es una fe sin hermanos". Esta expresión no tiene mucho sentido, a menos que ...
[¡pero no es ése el caso; ojalá que así fuera!] ... a menos que por solidaridad el papa Francisco estuviese entendiendo caridad cristiana; pero si así fuese la palabra "caridad" tendría entonces que salir a relucir, como típicamente cristiana; el mundo tendría que conocer que esa caridad coincide con el amor con el que Jesucristo quiso que nos amásemos

Entonces la expresión papal anterior se convertiría en esta otra: "La fe, sin caridad, sin amor,  es una fe sin Cristo, es una fe sin Dios, es una fe sin hermanos" ... ¡Ah, entonces sí que tendría el mayor de los sentidos porque, efectivamente, Dios es Amor y su Amor nos lleva a amar a los demás en CristoAmando a los demás, que son imagen de Dios como nosotros y amados por Él, estaríamos amando a Dios mismo, pues amaríamos lo que Dios ama. 


Por desgracia tal frase en la que se incluye la palabra mundana solidaridad nos deja en una situación incómoda, por su ambigüedad: no sabemos qué entiende el papa Francisco por "solidaridad". Es más: si nos ponemos a indagar un poco da la impresión, dada su trayectoria en los dos años de Pontificado que lleva, de que lo importante son los demás por ellos mismos. Lo mismo da una religión que otra. Todas son iguales. Y hay que llegar a algun tipo de consenso mundial solidario: ¿Es eso posible? Y, sobre todo: ¿Es eso cristiano? 

No quiero pensar mal, pero me consta que la ONU, organización básicamente masónica, tiene como objetivo prioritario la consecución de un Nuevo Orden Mundial. ¿Coincidiría ese Nuevo Orden Mundial con el consenso mundial solidario al que parece querer llegar el papa Francisco? No lo creo, pero no he podido evitar que tal pensamiento se me pase por la mente. Es una mera opinión y casi con toda seguridad que me equivoque ... y eso espero.

[Tal vez haya influido en mi modo de razonar el hecho de que la palabra solidaridad está siendo empleada continuamente en la sociedad, de manera especial por los políticos de turno, cuya solidaridad conocemos muy bien. Repito: no digo que la solidaridad entre las personas sea algo malo y no deseable. Todo lo contrario. Eso no tendría ni pies ni cabeza. Pero tampoco se pueden cerrar los ojos y ver lo que está ocurriendo ... ¡digo yo! De hecho, hay muchas "solidaridades" interesadas que buscan sus propios intereses (caso de muchas ONG's). A eso yo no le llamaría solidaridad]  

Y, sin embargo, a fuer de ser sincero, me asombra aún más el primer párrafo -no comentado en este post- de la frase papal, en que dice: "POR MÁS MISA DE LOS DOMINGOS,  si no tienes un corazón solidario, si no sabes lo que pasa en tu pueblo, tu fe es muy débil o es enferma o está muerta (...)"

¿A cuento de qué viene el introducir la Misa de los domingos para hablar de solidaridad? Me quedo atónito. Seguiremos con ello.


(Continuará)